«El trabajo dignifica al hombre». Esto se cumple, por ejemplo, para alguien que con sus propias manos labra la tierra y cría animales con todo su esmero, como es el caso del granjero Steve Shipton. Sin embargo, en estos primeros días del año 2020, este hombre perdió parte importante de su ganado por los fuertes incendios acaecidos en Australia.
Steve Shipton no tuvo más remedio que dispararle a 20 de sus vacas, pues estas resultaron con heridas de gravedad a causa de los terribles incendios forestales que azotan el área costera del sur de Nueva Gales del Sur.
El granjero, cuyo rostro lleno de desolación se evidencia en una de las fotografías realizadas en el lugar de los hechos, no tuvo otra opción que evitarles mayor sufrimiento. Para el momento, Shipton, que es natural de la ciudad de Coolagolite, una de las más afectadas por el fuego, estaba acompañado por sus vecinos agricultores Bernie Smith y Peter Mercieca. Estos le brindaron su apoyo y comprensión al afligido granjero.
«Ya vendrán tiempos mejores, amigo. Cuando Dios cierra una puerta, está abriendo otra», le dijo uno de sus vecinos.
Shipton realmente se encontraba afligido por tener que sacrificar a su ganado después de luchar por salvarlo
En una de la imágenes tomadas, apreciamos que al finalizar su triste tarea con el rifle, Shipton estrechó la mano de un veterinario local quien lo ayudó a revisar las quemaduras de sus queridos animales.
«Era una decisión difícil, pero no se podía dejar vivir a esos animales bajo esas condiciones», comentó el veterinario.
En lo que parece ser la temporada de incendios más atroz que ha padecido Australia, se estima que el total hasta ahora es de 23 personas fallecidas y más de 20 desaparecidas. El continente oceánico se ha vuelto más caluroso en las últimas décadas y se espera que continúe haciéndolo, debido a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Nada más en Nueva Gales del Sur se estima que cerca de 500 millones de animales han perecido producto de las llamas. Los canguros, que se mueven rápidamente, pueden escapar si no quedan rodeados por el fuego. Los koalas, en cambio, que son de andar lento, no tienen mejor suerte y por lo general mueren, así como un sinnúmero de ovejas y ganado.
Las llamas no solo matan directamente a los animales, sino que destruyen su hábitat, dejando a los sobrevivientes vulnerables hasta mucho después que los incendios se han extinguido. Nueva Gales del Sur está oficialmente en estado de emergencia.
Combatir los incendios forestales no es una tarea fácil, la labor principal se centra en evitar que el fuego se esparza debido a los fuertes vientos que los avivan. Y la población de animales y personas se encuentra altamente vulnerable con ello.
El granjero Steve Shipton fue una víctima más de este tipo de desastre natural. Sus animales perdieron su hábitat y fueron arrastrados al borde de la muerte. Él entonces tomó la decisión de evitarles más dolor y una larga agonía realizando un acto de compasión. Reconozcamos en ello un gran sentimiento de piedad hacia los animales y cualquier ser vivo de la naturaleza.
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