Las selvas tropicales de Sudamérica han sido desde hace décadas objeto de estudio por grandes científicos.
Sus grandes formaciones rocosas de millones de años y la gran variedad de especies que ésta alberga representan las principales motivaciones para que personas como el aviador norteamericano Jimmie Angel, sientan una profunda fascinación por la naturaleza y descubran verdaderos tesoros como la caída de agua más alta del mundo.
En este caso se trata de un increíble descubrimiento del profesor y herpetólogo Andrew Snyder, quien acostumbra a recorrer el bosque durante la noche. Parte de su trabajo consiste en fregar los pisos del bosque lluvioso y los troncos de los árboles hasta encontrar reptiles como serpientes, ranas y lagartos.
«Generalmente las búsquedas nocturnas son mucho más interesantes y fructíferas, porque hay una gran cantidad de especies que normalmente se ocultan en el día».
Debido a la radiación del sol muchos insectos son sensibles a la luz solar y esto los obliga a convertirse en animales nocturnos, sin ignorar las altas temperaturas en el verano.
En un reciente recorrido del profesor Andrew por el exuberante bosque lluvioso de Guyana, Sudamérica, en medio de la oscuridad se topó con algo que poderosamente llamó su atención.
Con su linterna iluminó el camino y de pronto vio algo muy brillante de color azul que sobresalía de un pequeño agujero en un tronco de un árbol.
«Al inicio lo descarté rápidamente, pensé que se podría tratar del brillo de los ojos de una araña. Pero algo era diferente y me hizo retroceder”.
Afortunadamente retrocedió. ¡Andrew descubrió que se trataba de una maravillosa tarántula!
El color azul era el color brillante de las delicadas patas y el cuerpo de una tarántula salvaje. Inmediatamente supo que este precioso animal era totalmente distinto a cualquier otra especie que haya encontrado antes.
Lo más parecido documentado a nivel científico está a miles de kilómetros, en Birmania y Tailandia, donde se encuentra el hogar de la Tarántula azul de Cobalto. Un pequeño ejemplar de no más de 13 centímetros de longitud, pero muy respetable.
Andrew jamás se pudo haber imaginado que en las áreas tropicales de Sudamérica existiera una especie de arácnido similar a la que se encuentra en otro continente muy lejano.
Ante su sorpresa, el profesor no dudó en tomar varias fotografías y enviarlas a un colega especializado en tarántulas de regiones neo-tropicales.
La respuesta del especialista fue muy emocionante, confirmó que el profesor había descubierto una nueva especie de tarántula que nadie conocía antes.
Cientos de organizaciones a nivel mundial día a día luchan por mantener y preservar estos bosques tropicales como el hogar de miles de especies que han vivido por siglos en ellos.
Mas que ver estas grandes extensiones cómo los pulmones del mundo, se trata de la conservación y descubrimiento de muchas especies que aún permanecen bajo el anonimato.
Muchos nos preguntamos, ¿Cuántos secretos más ocultan estas grandes extensiones de tierras? ¿Será el hombre con sus máquinas capaz de destruirlas antes de ser descubiertas? Comparte con tus amigos y alza tu voz en defensa de los derechos de estos animales.