La diabetes, como todas las afecciones orgánicas, es una enfermedad que nos puede ocurrir a todos los seres vivos, causada por la incapacidad del cuerpo de producir o usar adecuadamente la insulina. Esto hace que, en el caso de los perros, puedan presentar otras afecciones derivadas de tal condición de salud.
Los ejemplares más afectados, son aquellos de mediana o avanzada edad y, dentro de estos, las hembras no esterilizadas. Tal es el caso de Nina, una perrita de raza poodle que vive en Brasil, y cuya diabetes galopante le ha ido restando capacidades.
Por suerte, Nina no está sola en el mundo. Lola, su compañera de vida canina se hace cargo de todos los pormenores para que a Nina nada le falte, se sienta cómoda, segura, y pueda llevar adelante su día a día.
Nina se está quedando ciega, pero su fiel amiga canina está allí siempre, en todo momento, lista para ayudarla y acompañarla en su trajinar, mostrándole con amor que la vida, a pesar de las dificultades, puede ser una muy hermosa de ser vivida. Y es que, definitivamente, pareciera que tiene un don especial.
Los encargados del cuidado de Nina se prepararon para adquirir todos los medicamentos y enseres necesarios para tratar a la perrita, con todas las precauciones en su nuevo hogar.
Lo que nunca se imaginaron es que Lola, nuestra amante cuidadora mestiza, les haría su tarea mucho más sencilla, así, espontánea y desinteresadamente, como son los perros. Lola sirvió, tanto de enfermera, como de lazarillo para Nina.
“Lola se ofreció a cumplir los roles tanto de enfermera como de lazarillo para la malograda Nina”, dijeron sus responsables.
Esta hermosísima demostración de amistad y de amor entre las dos perritas no podía pasar desapercibida, de modo que su madre humana las fotografió y envió a Reflective Catiorro, una organización encargada de tratar y monitorear a perros con perfil diabético, ubicada en la nación carioca.
En las instantáneas, que pronto se volvieron virales en las redes sociales, se puede apreciar uno de los tantos momentos en los que las perritas se hacían compañía mutuamente.
“Si bien Nina, aún no se acostumbra a su nueva condición de invidencia, tiene todo el apoyo que requiere para progresar de su compañera de hogar”, añadió la mujer.
Los perros nos brindan todo el amor que cabe en ellos, pero, también, lo hacen con el mismo desinterés y la misma entrega con sus congéneres. Si no, para muestra esta bella historia que hoy hemos traído ante ustedes, y que esperamos se refleje, en lo sucesivo, en grandes acciones solidarias por parte de cada uno.
Comparte este relato con tus amistades cercanas. A veces, por muy buenas intenciones que tengamos, no es mucho lo que podemos hacer por un perrito que sufre de una enfermedad crónica. Por eso, dejémoslos en manos de expertos, tales como nuestra amorosa Lola.