No es muy frecuente detenerse a desayunar y encontrarse un invitado inesperado en el jardín y muchos menos bañándose en la piscina como si fuera de su propiedad, pero esto fue lo que pasó a Paul Koch.
Esta visita sin previo aviso de un gran alce hembra sucedió en mayo pasado y realmente sorprendió a Paul. Pero lo peor vino después.
Cuando Paul observa bien se da cuenta que el animal necesitaba ayuda, estaba luchando por mantenerse al flote porque se había enredado con la cubierta solar.
«Miré en el patio trasero y había un alce absolutamente en estado de pánico y luchando. Ella pisó la manta solar y se enredó. Estaba tratando desesperadamente de liberarse de ella», dijo Paul.
Paul ha visto la presencia de ciertos animales de la vida salvaje cerca de su casa en Ottawa, Canadá, desde la pandemia por el COVID-19, pero nunca había visto un animal tan impresionante.
«Hemos vivido en esta casa durante 40 años, y esta es la primera vez que veo un alce tan cerca de la ciudad», dijo Paul.
De inmediato, Paul salió corriendo y ayudó al animal quien estaba muy agradecido. El alce continuó nadando alrededor de la piscina demostrando su gran habilidad.
Moose found swimming in Ottawa pool
A couple in Ottawa's south end woke up to find a moose swimming around in their backyard pool.The moose later dried off and returned to her natural habitat safely: www.cbc.ca/1.5589964(📹 submitted by Paul Koch)
Publicada por CBC Ottawa en Viernes, 29 de mayo de 2020
Los alces nacen sabiendo nadar y pasan gran parte de su tiempo en el agua, especialmente en invierno cuando pastan en plantas submarinas. Una de las características de estos animales es que pueden cerrar sus fosas nasales grandes y contener la respiración por hasta un minuto.
Sin embargo, este alce salvaje tuvo algunos problemas para salir de la piscina, así que Paul llamó a la policía y a los servicios de vida silvestre para pedir ayuda.
«Se veía tan triste allí afuera que mi esposa dijo que quería darle un abrazo”, dijo Paul.
Los trabajadores de los servicios de vida silvestre tenían cierto temor en administrarle un tranquilizante para poder llevarla a un lugar más seguro.
Afortunadamente, todo lo que necesitaba este bello ejemplar era un poco más de tiempo para orientarse.
“Lo mejor que sucedió fue tres horas y media después cuando este animal salió de la parte más profunda de la piscina y saltó la cerca», dijo Paul.
La policía regresó para decirle a Paul que el animal había vuelto al área boscosa de donde había salido.
Por suerte este baño no tuvo consecuencias para el alce, pero no fue así para la piscina de Paul que quedó con dos agujeros del tamaño de una pezuña en el fondo.
Sin embargo, esto es lo que menos le importa a Paul, quien celebra la vida de este visitante inesperado.
Comparte esta adorable historia que milagrosamente tuvo un final feliz.