A menudo escuchamos sobre perros que sienten una profunda admiración y devoción por sus dueños, ellos son capaces de hacer cualquier cosa por ellos y seguirlos a cualquier parte; incluso si eso implica seguirlos hasta la muerte.
Cuando un perrito tan apegado a su dueño sufre la perdida física del mismo, suele sufrir una profunda depresión. Los animales no son capaces de entender la muerte como nosotros, que aunque también es un proceso difícil de llevar, con el tiempo vamos aprendiendo a llevar nuestro duelo. Los animales no, ellos simplemente esperan que su ser querido vuelva y eso nunca ocurrirá.
Hay muchas referencias al respecto, la más conocida es la película protagonizada por Richard Gere, Hachiko.
Recientemente, un perrito en Colombia perdió a su dueño, fue un golpe muy duro para el animal, que no logró reponerse y aparentemente no lo hará fácilmente. El perrito, cuyo nombre se desconoce, se negó desde el primer momento a separarse del cuerpo sin vida de su querido dueño.
Parece querer irse al cielo junto a él.
Aparentemente, el afligido animal siguió el cortejo fúnebre, estuvo presente en el entierro y ahora se niega separarse de la tumba. Desde ese día él está reposando sobre la tierra aún recién compacta y frente a la placa que lleva la foto y el nombre del hombre que le dedicaba tiempo y le brindaba amor.
Es el mismo caso que recordábamos hace unos días sobre Deta, una perrita que tras la muerte de su madre humana se rehusó en marcharse de su tumba.
Muchas personas están preocupadas por él, pero se niega a retirarse del lugar.
Los trabajadores del Cementerio Jardines de Las Mercedes, ubicado en Pasto, Nariño, dicen que han intentado distraerlo y llevarlo a otro lugar, pero no funciona. Después de unos minutos el vuelve a su lugar de espera, de seguir así la situación puede morir de hambre o desesperanza, un final realmente triste.
El corazón de este perrito se ha destrozado y será muy difícil de reparar.
Hasta el momento ningún familiar se ha acercado para llevarlo de regreso a casa, lo que hace que la situación sea más triste aún. No solo perdió a su mejor amigo, sino que también es ignorado por sus familiares. Esperamos que pronto cuando la normalidad vuelva a ese hogar, vayan a buscarlo o de no ser así, que alguna buena persona esté dispuesta a adoptarlo y ayudarlo a sanar las heridas de su corazón.
Comparte esta triste historia, quizás llegue a sus familiares y lo lleven nuevamente a casa.