Una gata que ha vivido durante años en los arcos de un palacio es desalojada del recinto que era su hogar, el lugar en el que encontró protección y cariño.
Dubrovnik, perla del Adriático en Croacia, es escenario de una polémica en torno al destino de Anastasia, una gata callejera de 17 años, expulsada recientemente de uno de los palacios más turísticos de la ciudad medieval.
Durante mucho tiempo, la hermosa felina tricolor ha sido contemplada por los turistas, eligió instalarse bajo los arcos del Palacio del Rector, una maravilla arquitectónica del siglo XIV.
Polémica tras el desalojo de Anastasia, una gata tricolor que vivía en los arcos de un palacio.
En un principio, solo tenía un cartón como base para dormir, luego un vecino de Dubrovnik le armó una casita a finales de marzo con estilo semigótico-semirenacentista, Anastasia tenía su propio almohadón de terciopelo y lucía una placa con su nombre.
Pero la dirección de los museos de la ciudad, que tiene su base en el palacio, no estuvo de acuerdo y exigió la retirada de la casa de Anastasia. Argumentando que:
“Nadie está autorizado a atentar contra el conjunto único e histórico. En particular construyendo refugios o hábitats”, expresaron a través de un comunicado.
Esta posición suscitó una acalorada polémica entre los 44.000 habitantes del pueblo. A través de las redes sociales se multiplicaron los llamamientos para proteger a Anastasia, quien ya había sido expulsada el año pasado de un refugio improvisado.
“¡Anastasia necesita su casa! Devuélvanla. Al parecer, las instituciones culturales son administradas por personas sin cultura”, señaló un internauta.
La polémica se extendió tanto entre los ciudadanos que muchos expresaron su punto de vista a través de una encuesta realizada por Dubrovački vjesnik, un alto porcentaje de la población, poco más del 90% de ellos, estuvo a favor de Anastasia. En la encuesta se lee:
“¿Debe Anastasia salir de la casa frente al Palacio del Rector o dejar que siga viviendo allí en paz?”
Algunas de las respuestas más populares se lee:
“Por supuesto, ese gato se ha convertido en uno de los símbolos de Dubrovnik, no hay turista que no lo haya fotografiado y acariciado. Vale más para la promoción turística que cualquier anunció de turismo”.
Alguien más comentó:
“¡De ningún modo! No debe haber casas de madera o de animales al lado de un monumento cultural de este tipo. Es un reflejo de cómo cuidamos nuestro patrimonio cultural”.
“Anastasia encontró su refugio frente al Palacio del Rector y se convirtió en una especie de marca registrada del lugar… Creemos que allí tiene un lugar para el resto de su vida y que los años que le quedan se le deben hacer llevaderos.
Este es el propósito de su casa, que la proteja del frío, la lluvia y el viento. Devolver su casa demostraría empatía, comprensión y su pertenencia al mundo civilizado”.
Sin embargo, el alcalde de Dubrovnik, Mato Frankovic, apoya la decisión de los museos y destaca que a ciudad está llena de gatos callejeros y todos están “bien alimentados”.
Esto generó que la polémica aumentara aún más pues no se trata solo del bienestar de Anastasia sino de todos los peludos vulnerables en Croacia. En parte del comunicado se lee:
“Esta no es solo una historia sobre un gato que necesita un poco de amor y compasión. No es solo una historia sobre el rechazo de una atracción turística obvia.
Es una historia sobre todos los gatos de Croacia, sobre el abandono de la Ley de Bienestar Animal, sobre la falta de comida para gatos, el programa Capturar, Esterilizar, Soltar (TNR).
También, sobre una sociedad fría y desordenada que no reconoce ni respeta las necesidades de los más débiles”.
El palacio del Rector, hogar de Anastasia hasta hace poco, es el edificio más importante de Dubrovnik. Por mucho tiempo esta adorable bola de pelos cautivó a quienes visitaban el lugar.
Deseamos se ponga fin a esta polémica y Anastasia pueda disfrutar de sus años dorados en un lugar donde se sienta segura y amada.