Algunas personas nacen destinadas a grandes cosas en la vida y se encuentran con su vocación desde una edad muy corta, simplemente es una especie de don con el que se vive sin conocerlo a ciencia cierta.
Esta mujer llamada Cristina Zenato tiene uno de los más peculiares dones que la vida le ha podido dar, y es que ella se dedica a ser dentista de uno de los animales marinos más temidos por muchas personas.
Los pobres tiburones llegan a ella adoloridos por los anzuelos.
Todo comenzó un día en el que ella estaba visitando a los tiburones mientras daba su clase de submarinismo como de costumbre, pero no todo estaba del todo bien, así fue como uno de los tiburones, al que nunca le había gustado que lo tocaran, se acercó a ella con un alambre que sobresalía de su boca.
De esta manera, el tiburón incluso dejó que ella lo acariciara hasta que ella tuvo el valor de meter su mano en la boca del tiburón y el resto es historia; desde entonces ella se ha dedicado a ayudar a los tiburones que llegan con anzuelos de pescar incrustados en sus mandíbulas.
Es increíble la pasión de esta mujer por ayudar a los tiburones.
Desde entonces Foggy Eye, el primer tiburón que ella ayudó, ha sido la más cariñosa de todos los tiburones. Además, desde entonces han aparecido muchos más tiburones con el mismo problema. Cristina cuenta que desde entonces ella se ha obsesionado con remover los anzuelos de sus bocas.
Ella cree que es como si ellos se comunicaran con ella, después de todo es como un dentista de verdad. El proceso casi siempre es el mismo, los tiburones se acercan a su estómago mientras ella los acaricia; siente cómo sus mandíbulas se abren y cierran, una sensación única.
La confianza que los tiburones ponen sobre ella es impresionante.
Otro de los propósitos que Cristina tiene ayudando a los tiburones es hacer entender al mundo que no son estas máquinas asesinas o monstruos que todos temen. Ellos son unas criaturas vivientes con sentimientos.
Cuando ellos se acercan a mí, yo puedo sentir que están muy incómodos con los anzuelos que maltratan sus mandíbulas, comenta. Pero el proceso para ayudar a un tiburón siempre varía, ganarse su confianza es siempre un trabajo que requiere una gran cantidad de tiempo.
Los tiburones esperan a su dentista para que les haga su respectiva visita.
Algunos anzuelos suelen salir más fácilmente que otros, algunos hasta requieren de semanas de trabajo, hasta que por fin logra extraerlos por completo.
Aunque los tiburones son unos de los animales más temidos del mundo, también son unos animales muy vulnerables y es ese aspecto el que hace que Cristina se apasione tanto por ayudarlos.
Cristina ha pasado tanto tiempo con ellos que es capaz de diferenciarlos a todos.
Ella cuenta que desde que era pequeña, siempre tuvo el sueño de convertirse en una heroína submarinista, dando vueltas por todos los océanos del mundo para proteger a los arrecifes y sus amigos serían los tiburones.
Cuando se le presentó la oportunidad de aprender submarinismo en las Bahamas, no lo dudó ni un minuto. Lo que más le emocionó fue el hecho de que las personas que le enseñaron submarinismo trabajaban con tiburones.
Este es un día cotidiano en la vida de esta mujer.
Desde entonces, ella dedica su vida al submarinismo, a enseñar a otras personas sobre su pasión y sobre todo a mostrar el más tierno aspecto de los imponentes tiburones que habitan el océano.
¡Te invitamos a compartir esta historia con otras personas para que siempre sigan sus sueños como lo hizo Cristina, quien en su camino a la felicidad ha ayudado a muchos tiburones!