Un pequeño conejito fue rescatado después de ser atrapado por una enorme capa de nieve. El grueso manto de hielo dejó al pobre animal aprisionado contra el cristal de la ventana de una escuela en los Estados Unidos.
Las imágenes, filmadas desde el interior de una escuela en Fargo, Dakota del Norte, comienzan con el conejo apenas visible y atrapado en una de las esquinas exteriores del edificio, contra una ventana.
El conserje del colegio nunca se imaginó que se convertiría en un verdadero héroe por su noble gesto. Con una enorme pala de nieve comenzó a retirar poco a poco el hielo, mientras el personal que miraba con simpatía la escena, grita al ver al empleado de mantenimiento aproximar mucho la herramienta al animal aterrorizado.
El pobre conejito se queda inmóvil mientras el rescatador cava la nieve con una pala de metal. Estaba verdaderamente petrificado, al punto de que algunos de los presentes creyeron que estaba muerto. En un momento dado, un miembro del personal asegura que hay que advertir al conserje que tenga cuidado, ya que el hombre que está afuera casi toca al conejo con la pala.
A medida que continúa cavando en la nieve, los espectadores se preocupan de que pueda golpear y lastimar al conejo. Luego cae algo de nieve sobre el conejito cuando se acerca el momento de su ansiada liberación y alguien que mira, grita: «¡Oh, Dios mío!».
Un hombre dentro de la escuela trató de dirigir al conserje, señalando dónde puede cavar con su enorme pala sin lastimar al conejo. Después de unos segundos más, el rescatista limpia el resto de la nieve con su mano enguantada y recoge al animalito inmóvil.
Justo cuando los espectadores probablemente se preguntaban si había sobrevivido o no a su terrible experiencia, gritan de alegría al ver al afortunado conejo cobrar vida y saltar de la esquina, antes de recobrar su libertad.
Un empleado de la escuela comentó que la institución no había tenido actividades académicas ese día y que parte del personal de mantenimiento se había dirigido al recinto para limpiar la enorme cantidad de nieve acumulada en las afueras del edificio.
Fue una verdadera suerte para el conejo atrapado, porque de no ser así, su vida habría corrido un serio peligro.
«Aquellos de nosotros que trabajamos en la escuela estábamos preocupados por el conejito y estábamos observando desde adentro, esperando un final feliz», dijo uno de los maestros presente en el rescate.
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