Ashley Morrison jamás pondrá objeciones para ayudar a un gatito. Precisamente por eso, cuando supo que una persona daba en adopción a toda una camada en condiciones informales, no dudó en acudir a su encuentro.
Ella condujo durante más de 2 horas para reunirse con el único gatito que permanecía de la camada. Desafortunadamente, el resto de sus hermanitos había sido dado en adopción sin esterilizar y sin haber sido desparasitados, pero ella aún podía salvar a uno de ellos y a su madre.
Así lucía el pequeño Munch cuando Ashley reparó en él y en los cuidados especiales que necesitaba
Debido a que el propietario de la madre no tenía condiciones económicas favorables, Ashley se encargó de que la gata fuese esterilizada y le prometió al sujeto que cuidaría muy bien de la cría. Sin embargo, ocurrió algo que no esperaba.
Cuando la rescatista tomó al gatito que debía ser rescatado, se dio cuenta de que había otro en el último rincón de la caja. De inmediato supo que ese pequeño no se encontraba bien, pero no sabía exactamente por qué.
Ashley revisó a la pequeña bolita de pelos. En principio le sorprendió ver que era de la mitad del tamaño de su hermanito. Luego vio que sus encías estaban pálidas y que no paraba de temblar. Entonces supo que debía llevarlo consigo de inmediato.
El dueño no se opuso y ella le prometió que le proporcionaría toda la ayuda médica que necesitaba. El pequeño gatito, al que llamaron Munchkin, tenía una actitud muy distinta a la de su hermanito, Moose.
La evolución de Munch fue obra del amor y la dedicación de Ashley
El veterinario determinó que el gatito tenía anemia. Además, se dio cuenta de que Munch sufría de un problema neurológico.
Con casi tres meses de edad, el peso del pequeño estaba muy por debajo del promedio, así que Ashley supo que debía cuidarlo muy bien si quería ayudarlo a prosperar.
Poco a poco Munch fue ganando peso, aunque su problema neurológico le impedía tener el tamaño adecuado
Al principio, Munch era menos activo que otros gatitos, pero conforme comenzó a salir adelante, nada pudo detenerlo. Estaba todo el tiempo junto a Ashley, durmiendo incluso con ella.
Llegado el momento de que Moose se marchara a su nuevo hogar, Ashley decidió tomar bajo su cuidado a un gatito del mismo tamaño para que Munch no quedara solo. Se hizo amigo del nuevo bebé atigrado casi de inmediato.
Ashley jamás imaginó que Betty se convertiría en su compañera ideal
Betty, la nueva compañera de Munch, era menor que él por un par de meses, pero lucían del mismo tamaño. Ambos, esterilizados y listos para encontrar a su familia perfecta, fueron adoptados juntos. Ashley no podía estar más feliz.
Ahora Munch, que tuvo un comienzo difícil, se encuentra en manos de personas que lo aman, como a cualquier gatito más. Esta historia demuestra que incluso los animales merecen esa segunda oportunidad tan necesaria, además de ser amados tal cual son.
Ahora estos dos viven juntos y felices en una familia que los adora
Si quedaste cautivado por la dulzura de este diminuto gatito, no dudes en compartir su historia con otros.