Cuando un perrito se extravía de casa sus dueños suelen buscar en los alrededores cercanos con la esperanza de encontrarlo lo antes posible. Quizás se piense que el peludo esté escondido entre algunos arbustos, unos contenedores de basura, alguna calle o casa deshabitada, pero jamás pensaríamos que ha ido a parar en un lugar tan rebuscado como un glaciar.
Pero en esta ocasión la historia ha sido muy diferente y eso no es un caso de ficción, sino de la vida real y una tierna perrita es la protagonista de tan aventurado rescate.
Su nombre es Aika.
Esta ternurita de color nieve vive en Mys Kamenniy, un poblado de Yamalia-Nenetsia en la parte norte de Rusia.
Debido a la zona en la que habitan, los dueños de Aika se preocuparon de inmediato por su desaparición, todos sabían lo peligroso que esto podía ser para ella.
El temor no era en vano.
Aunque posee un pelaje abundante, la baja temperatura del lugar ponían en riesgo su vida, además estaba muy cerca de algunos glaciares.
La situación se tornaba más difícil para todos.
A Aika no solo debían buscarla en las calles, sino fuera del alcance de sus papitos. Para rescatarla debió intervenir el amable equipo rompe hielo del barco Alexander Sannikov, una nave equipada para desplazarse en territorios congelados.
El equipo de rescate puso todo su empeño y afortunadamente dieron con el paradero de la perrita pero ubicarla no era suficiente. El equipo también debían pensar cómo rescatarla.
Por fortuna, actuaron rápido.
Los marineros debían hacer que Aika subiera hacia cubierta y para ello utilizaron comida que la atrajo de inmediato.
“Investigamos todas las posibilidades de cómo sacar al animal del hielo y ponerle una escalera para que subiera a bordo. Más tarde, usamos nuestros comunicadores para ponernos en contacto con los residentes locales, encontramos al dueño y unas horas más tarde lo devolvieron sano y salvo a la aldea”, explicó Yevgeny Nagibin, marinero del Alexander Sannikov
En una grabación compartida por los rescatista se ve a la pobre criatura moviendo su cola, mientras ellos le silban y la llaman para que se acerque. Parece que la peluda entendía que su pesadilla había terminado y era hora de volver a casa. Sin embargo, sus patitas congeladas le impedían movilizarse con facilidad.
Para Aika fue un arduo trabajo llegar a cubierta pero logró hacerlo con éxito.
Esta historia nos llega desde uno de los lugares más inhóspitos del planeta pero nos contenta saber que incluso allí hay personas que se preocupan por sus mascotas.
Después del rescate Aika pudo reencontrarse con sus papitos y esperamos más nunca deba para por esta amarga experiencia, de la cual sobrevivió de milagro.
Esta perrita pudo perder su vida por un descuido pero su historia tuvo un final feliz, compártela y envíales tu agradecimiento a estos héroes anónimos.