Cuando tenemos un perrito en casa se nos puede ocurrir algunas veces tomar las tijeras y hacerle un corte de pelo por nuestra cuenta. Sin embargo, lo que al principio parece una buena idea puede resultar en una situación un poco apremiante.
Y de esto lo sabe muy bien Susana Soares, quien intentó hacer un corte de pelo a Mano, su amada y adorable mascota.
Realmente la intención de esta madre humana era la mejor para que su amada mascota tuviera un buen corte, sin embargo, cuando no se tiene la experiencia correcta el corte puede terminar un poco extraño.
Seguramente que Susana pensó que solo se trataba de unos pocos recortes por aquí y otros tantos por allá y listo.
No sabemos si la decisión de Susana de cortarle el pelo a su cachorro en casa fue por la cuarentena, de ser así esta sería una de las historias que suman la larga lista de anécdotas durante el coronavirus.
Y, bueno… no te pierdas el resultado final.
A Susana se le ocurrió esta idea tras darse cuenta de que el pelo de Mano había crecido considerablemente mientras paseaba él. Había pasado un tiempo desde que Mano había ido a los peluqueros, y el largo de su cabello ya se estaba convirtiendo en un problema.
«El cabello se le estaba metiendo en los ojos y Mano ya le estaba molestando», dijo Susana.
Susana en realidad ha trabajado como peluquera, pero para humanos, y por eso pensó que domesticar la rebelde melena de Mano sería muy fácil.
«Decidí cortarle el pelo en casa», dijo Susana.
Susana agarró unas tijeras y se puso manos a la obra. Ella nunca pensó su cachorro acabaría con esa apariencia.
A pesar de que no fue lo que esperaba finalmente Susana resolvió el problema del pelo en los ojos de Mano.
Ella le hizo un flequillo que le dio a su mascota una nueva mirada. Fue casi como si Mano se hubiera cortado el flequillo él mismo y sin espejo.
El cachorro no tuvo que preguntarle a su madre cómo había quedado, su reacción lo dijo todo.
«Me caí al suelo riendo», dijo Susana.
El corte fue muy extraño, realmente extraño por no decir algún otro calificativo divertido, pero después de todo lo importante es que Mano pudo volver a ver con claridad.
«Le gusta», dijo Susana.
Afortunadamente, el pelo crece nuevamente y seguro que esta pandemia ya no será una limitante para acudir el centro de peluquería canina.
«¡No repetiré eso!», agregó Susana.
Susana aseguró que cuando se trate de hacer un corte de cabello canino guardará en el cajón sus tijeras para que los profesionales del ramo hagan su maravilloso trabajo.
Comparte esta divertida historia que nos demuestra que es muy cierto el dicho que reza “zapatero a su zapato”.