Cuando pensamos en animales a la mayoría de nosotros se nos dibuja una gran sonrisa en el rostro. Sin embargo, para los veterinarios y rescatistas la situación puede ser mucho más compleja de lo que imaginamos. Diferentes estudios y estadísticas han demostrado que durante las últimas tres décadas el número de veterinarios que toman la decisión de quitarse la vida no ha hecho más que aumentar.
Se estima que el 31% de los veterinarios en Estados Unidos han sufrido episodios depresivos.
Son muchos los problemas mentales que una persona puede desarrollar en este campo laboral. Ansiedad, depresión y muchos más debido a la enorme presión que reciben por parte de los dueños de las mascotas. En muchas ocasiones, se ven obligados a sacrificar perritos o gatos solo porque la familia no cuenta con los medios necesarios para poder costear una operación.
“No todo es cachorros, gatitos y experiencias maravillosas. Hay mucho dolor involucrado”.
Rescatistas de todo el mundo pueden sumirse en una profunda depresión al ver el enorme daño que muchos perritos han llegado a sufrir y todo por tratos sumamente injustos e indignantes. Un reciente artículo demuestra cómo los veterinarios son mucho más propensos que el resto de la población a sentirse tentados o hasta llegar a quitarse la vida.
El artículo fue publicado en la en Revista de la Asociación Médica de Veterinarios Americanos
Los veterinarios hombres tienen 2 veces más probabilidades de perder la vida en esta trágica manera, mientras que sus compañeras femeninas tienen una posibilidad 3.5 veces más alta. Muchos casos como el del Dr. Will McCauley han estado al borde de crisis personales tan agudas que se han visto obligados a dejar la profesión por la que se formaron y trabajaron durante tanto tiempo.
Muchos veterinarios también sufren ansiedad por la enorme deuda que provocó sus estudios universitarios.
Estos números resultan terriblemente alarmantes pero se han convertido en el impulso para tomar medidas que velen por ellos. El Hospital Veterinario Banfield ha creado una serie de programas completamente gratuitos para entrenar a su personal en el ámbito de problemas mentales. Allí aprenden a identificar las primeras señales de que alguien planea quitarse la vida para así poder reconocerlo y brindarle ayuda lo más pronto posible.
Los veterinarios suelen ser perseguidos en las redes por no haber logrado salvar a un perrito.
La Doctora Nicole McArthur se vio en la obligación de abandonar su profesión en dos ocasiones y tras el la partida de uno de sus compañeros decidió crear la organización Not One More Vet. Se trata de un grupo de apoyo en donde los veterinarios pueden contar con un espacio seguro para hablar de sus experiencias y buscar un poco de alivio.
“Siempre me enseñaron a cuidar a los animales pero no sabía cómo cuidarme a mí misma”.
Esperamos que cada vez más veterinarios puedan contar con estas importantes dinámicas de apoyo son tan necesarias en esta profesión. Ellos han logrado impactar la vida de miles de animales y merecen contar con toda la ayuda posible.
No dudes en compartir esta nota para apoyar a tantos veterinarios que pueden encontrarse pasando por un difícil momento.