En medio del bloqueo que mantiene al mundo trabajando a media máquina, algunos aprovechan este tiempo para concretar proyectos que en otras circunstancias quizás no hubiesen sido posibles. En Irlanda, el cierre de un pub ha sido el impulso para que el lugar se convirtiera en un hospital para el cuidado de vida silvestre.
El confinamiento ha aumentado los casos de abuso animal y no sólo las criaturas domésticas están expuestas a ello.
Temerosas por el riesgo de contagio, muchas personas han abandonado la ciudad para internarse en el campo sin ser capaces de adaptarse a la presencia de otros habitantes en el lugar.
De algún modo, los animales silvestres también han visto sus hábitats amenazadas pues la llegada de familias enteras ha roto la calma que ellos tanto respetaban.
Ahora estas criaturas deben compartir con humanos.
Frente a la situación en el país europeo, el gobierno decidió tomar cartas en el asunto y abrió las puertas a este lugar de acogida pensado en los más vulnerables.
“Siempre hemos tenido la intención de construir un hospital de vida silvestre, pero con la crisis sanitaria, hemos experimentado un aumento significativo de las solicitudes de rehabilitación de animales salvajes ”, dijo Aoife Mc Partlin, gerente de comunicación de la organización de protección animal “Wildlife Rehabilitation Ireland” (WRI).
Parece que sólo hasta ahora la gente se ha dado cuenta de los animales que rodean las propiedades a las que anteriormente visitaban sólo para vacacionar.
Este hospital se inauguró el pasado 12 de febrero y está ubicado en la ciudad de Garlow Cross. La propiedad fue donada por la familia Mc Carthy, después de que debieran cerrar el local a causa de la pandemia.
El edificio cumple ahora una mejor función.
El gesto de solidaridad de los Mc Carthy generó la reacción de otras personas que decidieron unirse a la causa. En el antiguo pub funcionan las oficinas y consultorios del hospital, mientras que los animales se resguardan en los terrenos de la misma propiedad.
«Se involucró tanta gente, incluidos comerciantes. A largo plazo, el objetivo es construir un hospital más grande para la rehabilitación de la fauna y la formación «, comentó Mc Partlin.
A poco más de mes de su apertura este lugar atiende a 30 animales, entre ellos a un tejón lastimado por una trampa.
“Vemos muchos delitos contra la vida silvestre. Actualmente, estamos tratando a un tejón herido por una trampa. También recogimos una boquilla que lamentablemente no sobrevivió tras ser alcanzada por perdigones”, dijo Mc Partlin.
Nadie sabe con certeza por cuánto tiempo más el mundo deba vivir bajo esta nueva modalidad, así que lo mejor será adaptarnos a una convivencia saludable con las criaturas que nos rodean. Frente a la amenaza de aquellos que aún no lo logran, la solidaridad de esta familia y estos voluntarios es digna de ser aplaudida.
Los animales no deben pagar por nuestras frustraciones, comparte esta noticia y que este ejemplo de benevolencia se multiplique.