Claudia Lifton es amante de los animales y vive en Denver. Trabaja en Factory Farming Awareness Coalition y fue a Tailandia para ayudar a los elefantes que están siendo explotados por la industria del turismo. Realizó una parada para buscar la renovación de la visa que obtuvo en el 2013, a la atura de Laos, pasando por un pueblo muy rural llamado Pak Bang. Decidió pasar la noche allí y no dudó en explorar y conocer el lugar.
Cuenta Claudia que caminó hasta llegar a una colina y la zona era muy rural. Es un lugar muy poco visitado por los turistas. Cuando llegó a la cima de la colina, se encontró con una tienda de bicicletas y se percató que en la tienda había un mono de unos 3 meses de edad aproximadamente atado por el cuello y dentro de una jaula.
Claudia no podía irse del lugar sin liberarlo y revisarlo… Trató de comunicarles a los dueños de la tienda que el mono estaba enfermo y que necesitaba atención medica, pero todos sus intentos de comunicación fueron en vano, nadie hablaba inglés y no podían entender lo que trataba de decirles, por lo que tomó la decisión de sentarse y no retirarse del lugar.
Algunos de los habitantes del pueblo fueron a buscar a uno de los pocos que entendían inglés y fue entonces cuando le explicaron que la familia había rescatado al pequeño mono de un destino poco esperanzador.
El mono estaba en manos de cazadores furtivos y tenían como objetivo venderlo en el comercio ilícito de mascotas exóticas. La familia lo compró para evitar que fuera enviado a Tailandia y usado como bailarina o que fuera un animal doméstico.
Claudia no se cansaba de pedir y rogar a la familia que le permitiera quedarse con él, les explicaba que su preocupación era porque necesitaba asistencia médica o de lo contrario, podía morir. Pero la respuesta a cada intento siempre fue un no, a pesar que le ofreció todo el dinero que tenía en su poder, su cámara y su Ipod.
Sin embargo, Claudia no se dio por vencida y se le ocurrió llamar la atención frente a la tienda como a las 9:00 de la noche. Habría una persona llorando, el resto de las personas pensarían que tendría un tipo de locura y esto le ocasionaría una gran vergüenza a los dueños de la tienda… y así fue. Cuando vieron la cámara que tenía, accedieron cambiar el mono por la cámara.
Ya el mono en poder de Claudia, fue revisado y atendido, pero ahora empieza el camino para llegar a un refugio que lo reciba. El nombre que le puso fue Nahuglai, que significa “Amado para siempre”, pero todos lo llamaron “Abrazos”. Tuvo que pasar la primera noche con Abrazos fuera del único albergue de la cuidad ya que no estaba permitido la entrada de monos.
Claudia necesitaba solventar la situación, por lo que llamó a su mamá que estaba fuera del país. Le pidió que se encargara de encontrar un refugio para el mono, de lo contrario se tendría que quedar con él en Laos hasta que encontrara el refugio porque no lo iba a dejar abandonado.
El refugio ACRES Wildlife Sanctuary es una organización que transformó un zoológico en un lugar destinado para ayudar a los animales y en él habitan muchos monos. Estaban dispuestos a recibir de manera positiva y afectuosa a este nuevo miembro.
Claudia decidió llevarlo al refugio, cada vez el pequeño se fue uniendo más a ella, no dejaba de abrazarla.
Durante el recorrido hacía travesuras como jugar con los auriculares o lanzar los zapatos de Claudia de la embarcación. Luego viajaron 10 horas en autobús durante la noche.
La abrazaba cada vez más fuerte y al tratar de separarlo un poco, el pobre gritaba molestando al resto de los viajeros, que lo que querían era dormir.
Después de 5 días de viaje por fin llegaron al refugio, sintiendo que todo valió a pena. El refugio siempre le informa a Claudia de cómo está el pequeño mono, quien ha crecido muy sano y feliz.
¡Comparte esta historia! La perseverancia y el amor que tuvo Claudia por este indefenso mono la hace una persona muy especial con un gran corazón.