Tanto los animales como los humanos necesitamos de segundas oportunidades. Pero en especial, necesitamos de verdaderos amigos que siempre estén a nuestro lado.
En la tienda de Lowe, Texas, hay dos amigos muy singulares, se trata de Clay Luthy, quien es un veterano de las fuerza Aérea de los EE. UU y Charlotte, una golden retriever de 10 años muy especial, pues sirve de apoyo a su dueño Clay.
Ambos usan unos chalecos de la tienda Lowe, que los identifica como trabajadores de la tienda. Desde que ellos entraron a trabajar en ese lugar, los clientes disfrutan más de los servicios de este par de amigos.
Clay estuvo buscando durante mucho tiempo un trabajo donde le permitieran estar con Charlotte, pues ella es su amiga y además su perro de apoyo luego de tener una discapacidad en la rodilla.
Le han tenido que practicar más de 5 cirugías, pero no puede doblar la pierna izquierda. Es entonces cuando Charlotte entra en acción pues está capacitada para brindar apoyo a Clay.
En tan solo dos meses de trabajo ya se habían ganado la simpatía de todos los clientes y otros compañeros de trabajo. Además de que Charlotte es una perrita muy tranquila que se deja acariciar por todos. Clay tiene 35 años, una esposa y tres hijos, pero la compañía de Charlotte se ha vuelto indispensable en su vida. Le ayuda en todo momento y le hace sentir mejor.
«Todo el mundo ama a Charlotte, aunque no es parte de lo que se puede describir como un trabajo», dijo Clay al ser contratado. Nadie creía que Charlotte fuera capaz de entender tan bien a los clientes, en especial a los niños. Va junto con las familias a buscar los artículos que buscan de una manera muy tranquila. Cuando un niño está llorando, Charlotte va al rescate, los calma con su sola presencia.
«Ella es un perro de servicio, y cuando está en él, sabe que todo es muy serio. Pero cuando lleva el chaleco de Lowe’s, (elaborado con un delantal que solían usar los empleados), sabe que está bien pasear por los clientes, menear la cola y verse linda, lo que casi siempre induce a los clientes a acariciarla.»
Clay estuvo en la Base de la Fuerza Aérea Dyess durante 3 años, pero debido a la lesión de su rodilla no pudo volver a enlistarse. Después de salir del ejército se dedicó a reparar cosas. Eso lo llevaba a frecuentar la tienda Lowe’s con frecuencia.
Un día preguntó al gerente si había alguna vacante de trabajo en la tienda para él y Charlotte, desde entonces un trabajo eventual fue abierto para ambos.
En la tienda también son recibidos otros perros. Lo creen conveniente, pues no venden alimentos o bebidas y además eso les ayuda a tomar las medidas exactas cuando se trata de construir una casa para los perros.
Sin embargo Charlotte pronto tendrá que jubilarse, por sus 10 años de servicio. Así que ahora está ayudando a Lola, una perrita de 6 meses en su entrenamiento.
Los perros pueden ser las mejores compañías, ayudan a las personas y saben ser más pacientes que nadie. Es genial que las empresas no se nieguen a contratar a personas con alguna discapacidad que tengan perros de compañía, de esta forma les dan una oportunidad de ser útiles y ganarse la vida.
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