Cuando los animalitos nacen con alguna condición de salud que les afecta en gran medida llevar una vida normal, algunos dueños de mascotas optan por practicarle la eutanasia con la intensión de ponerle fin a tanto dolor.
Sin embargo, en el camino aparecen algunos ángeles que lejos de creer en algún diagnóstico están dispuestos a darles una nueva oportunidad y acompañarlos el tiempo que sea necesario.
Nuestro protagonista es un adorable cerdito llamado Floppy.
Floppy es uno de esos animalitos que nació con un delicado estado de salud, el síndrome de sacudir la cabeza, un temblor constante e involuntario, los animalitos que lo padecen muchas veces mueren a los pocos días.
Los veterinarios no le veían mucha esperanza de vida, no podía amamantar, ni caminar, ni hacer muchas cosas por su cuenta. Era el peor caso que el veterinario había visto por lo que le recomendó a la familia la eutanasia.
Debido a su condición solo sobreviviría una semana.
Sin embargo, una mujer apareció para cambiar el destino del cerdito. Chelsey Weaning, quien vive en West Virginia, se convirtió en su fiel protectora. Comentó que cuando su cuñada y esposo tenían dificultades para quedarse con el cerdito, ella se ofreció a llevarlo a su casa y darle toda la atención que merecía.
Aunque Chelsey no sabía nada sobre cerdos, estaba dispuesta a aprender y cuidarlo las 24 horas del día. Al respecto comentó:
“Mi cuñada odiaba la idea de la eutanasia, mi esposo y yo estábamos decididos a dejar que este cerdito viviera su vida, aunque fuera por poco tiempo”.
En su nuevo hogar, el pequeño cerdito era alimentado con biberón cada 3 horas. La idea principal de Chelsey era tenerlo por una semanas y cuando lograra cierta independencia llevarlo algún santuario. Pero con el tiempo se fue encariñando con Floppy y decidió quedárselo para siempre.
Floppy conquistó el corazón de su nueva familia.
Sin darse cuenta, Chelsey ya había hecho de Floppy un miembro más de la familia. Se había convertido en un cerdito muy tierno, inteligente, y sociable que le encanta compartir con las personas y que le hagan masajes en su pancita. Chelsey agregó:
“Aprendió a subir y bajar escaleras, abrir puertas, le encantan los bocadillos, los masajes en la barriga y jugar en la piscina. Lo llevamos a pasear con una correa todos los días. Es tan especial y diferente a muchos otros cerdos”.
Ya ha pasado un año y medio de su nacimiento y Floppy es un cerdo completamente doméstico.
Ha creado un gran vínculo con el resto de los animalitos que Chelsy tiene, especialmente con Kona, una adorable perrita que desde que el cerdito llegó a la casa tomó el papel de madre adoptiva.
Floppy y Kona disfrutan tomar el sol.
Aunque hoy día Floppy es mucho más grande que el resto de sus amiguitos, con todos juega y toma la siesta. Le encanta pasar el día al aire libre con ellos.
La historia de este hermoso cerdito se ha hecho bastante popular en las redes por lo que su familia decidió abrirle una cuenta de Instagram y Facebook, desde ahí puedes seguir de cerca cada una de sus aventuras.
“Floppy superó las probabilidades y está viviendo su mejor vida porque simplemente le dimos la oportunidad de convertirse en el cerdo que estaba destinado a ser”, agregó Chelsy.
Ver esta publicación en Instagram
Hoy los temblores de este hermoso cerdito casi han desaparecido por completo, suceden cuando se emociona demasiado o está ansioso. Después de todo ha logrado tener una vida normal al lado de quienes lejos de juzgarlo lo amaron y le dieron una oportunidad.
Floppy es un ejemplo de esperanza para el mundo. Sin duda, cualquier problema se puede superar cuando se tiene las mejores intenciones. Comparte esta historia y déjanos saber tu opinión.