Todos sabemos lo que llegan a significar las mascotas en la vida de una familia. Sólo quien tiene una es consciente del amor profundo que sentimos por ellas y cómo se convierten en parte fundamental de nuestra vida, de nuestra alma… Y cómo no, de nuestra cama.
Pero también es cierto que aunque no lo aceptemos, es probable que ellas partan de este mundo mucho antes que nosotros, y el solo el hecho de pensar en ese día se nos destroza el corazón.
Los que ya han sufrido esa pérdida, saben lo difícil que es seguir viviendo cuando ya no están con nosotros.
Es por eso que muchos dueños hacen lo que sea para mantener vivo su recuerdo. Sin embargo, hasta el momento lo único que la mayoría hace es enterrarlos en su propio jardín, o en algún lugar especializado para mascotas, pero no mucho más.
Sin embargo, ha sido Cameron Davenport, un hombre que partir de una dura experiencia personal, creó una pequeña empresa para mantener perenne el recuerdo de las mascotas fallecidas en hermosos monumentos de vidrio.
La empresa se llama Davenport Memorial Glass y se especializa en crear emotivas piezas conmemorativas de vidrio a partir de las cenizas de las mascotas.
Con una pequeña cantidad de cenizas ellos crean ese recordatorio físico que acompañará a los devastados dueños por siempre.
Una pieza que es particularmente popular es la que representa las patitas de una mascota, pero también inmortalizan las cenizas en otras figuras igualmente bellas.
Son verdaderas obras de arte que guardan un significado que no tiene precio.
Algunas de ellas pueden ser usadas a manera de colgante para así poder llevarlas a donde quiera que vayas.
“Nuestro objetivo es capturar físicamente un momento, crear un recuerdo físico que englobe un recuerdo de la mascota. Nada se comparará con el tiempo que pasas con tu ser querido, pero esperamos ayudarte a atesorarlo y recordar el precioso tiempo que pasaste juntos”, menciona Cameron.
El empresario explica que sólo hace falta una pequeña cucharada de cenizas de las mascotas que deberán ser enviadas por correo postal a la empresa, cuya sede está en Idaho, Estados Unidos. Los pedidos se pueden hacer en su página web.
“Hace unos 10 años perdí a un buen amigo. Me dieron una cucharada pequeña de sus cenizas que había colocado en mi estante durante varios años. Un día se me ocurrió y decidí convertirlo en una canica. Hubo algunos amigos que pensaron que esto era una buena idea y me pidieron que les hiciera también un vaso conmemorativo”, relata Cameron.
Para Cameron el proceso de elaboración de las piezas tiene un gran componente emocional, ya que se enfrenta al dolor que sienten sus clientes y trata de empatizar con ellos, estableciendo una conexión única y dando un toque personal a cada una.
“Una de mis partes favoritas de mi trabajo son las sonrisas y lágrimas que recibo de mis clientes”, dice Cameron.
“Les encanta el trabajo que hago para ellos y el significado detrás de él. Cada vez me siento más agradecido por el tiempo que paso con mis seres queridos. Este trabajo revela el amor en mi vida», concluye.
Es grandioso poder eternizar de ese modo tan emotivo y palpable la memoria de nuestros peludos. Comparte esta noticia.