Todos aquellos quienes amamos a los animales sabemos lo que significa la ternura y la sensibilidad que caracteriza la relación con una mascota, como un perro.
En muy poco tiempo, esos maravillosos seres con los que compartimos parte de nuestra vida se convierten en parte de la familia, con un espacio y costumbres propias.
Las mascotas nos aportan una compañía permanente y serena en cada etapa de la vida, brindándonos esa sensación de seguridad y afecto genuino, sin interferencias ni ambigüedades, y sin imponer otra norma que no sea dar y recibir amor.
Nacemos para morir, una realidad que nos enfrenta tanto a los humanos como a las mascotas a un mismo destino.
A medida que pasan los años y la edad ya no es la misma, nuestros movimientos se hacen pausados, somos más propensos a contraer enfermedades, en fin, nos debilitamos físicamente.
Ahora, después de los tiempos tan duros que nos ha tocado vivir, más que nunca necesitamos que alguien nos cuide. Y los protagonistas de esta historia, dispuestos a hacerlo hasta que la muerte los separe, dan la mayor de las lecciones.
Y es que, recientemente se han publicado unas hermosas imágenes que han conmovido a cientos de usuarios de las redes sociales.
En ellas se observa a un anciano a quien se lo ve empujando a un perro dentro de un cochecito para bebé en el trayecto desde su hogar al veterinario.
El perro consentido va muy tranquilito entro del carrito junto a su amoroso amigo
Las instantáneas fueron captadas por un hombre que coincidió con el venerable adulto mayor en el camino, y quien también se dirigía a la consulta con su mascota. No dudó en difundirlas en las redes momentos después, acompañadas por una leyenda.
“Cuando llevaba a mi perro al veterinario, vi a un abuelo empujando a un perro viejo paso a paso en un carrito. Así es como se ve el verdadero amor. No lo dejará hasta el final”, puede leerse en la publicación.
El abuelo, a pesar de ser de edad avanzada, se preocupa por su compañero peludo lo suficiente como para ponerse en su lugar, identificarse y saber que es débil e incapaz de caminar solo.
Una hermosa muestra de empatía y amor incondicional que debería multiplicarse en todos los corazones que habitamos este hermoso planeta azul.
El internauta también hizo algunas observaciones del conmovedor incidente, aludiendo al hermoso gesto del anciano cuando se asomaba una y otra vez al carrito para cerciorarse del buen estado de su amigo peludo mayor.
«Todo va a estar bien, tranquilo»
“Se ve al abuelo inclinarse de vez en cuando para verificar si el perro anciano se encontraba cómodo”, se lee en el comentario.
Incluso se lo ve limpiándole suave y amorosamente la suciedad del rabillo del ojo y acomodándole su posición en el carrito para asegurarse de que vaya lo más confortablemente posible.
Velar por la comodidad y seguridad de una mascota sólo es cuestión de amor
Y es que, así como este dulce abuelito profesa una auténtica devoción por su orejudo, nuestras mascotas nos quieren con esa incondicionalidad que enamora y conmueve.
Sin ningún tipo de condición, su amor permanece intacto, y es por eso que resulta tan gratificante compartir la vida con ellas. Porque, no nos juzgan, el vínculo perdura en el tiempo y, simplemente, su razón de existir se centra en brindarnos afecto y cariño sin más, lo merezcamos o no.
Nos llena el alma por completo saber que este par se tienen el uno al otro. Ojalá que el tiempo que les quede de vida puedan compartirlo juntos, y cuando llegue el momento, como una caricia del destino y premio a tanto amor, puedan partir juntos al otro lado del arcoíris.
Es una hermosa y ejemplar historia de amor, uno quizá más puro, más infantil, más poético, más genuino de todos los que se pueden sentir en la vida.