No solo los humanos estamos padeciendo los embates que ha generado la pandemia del nuevo coronavirus. Los perros y gatos callejeros han sido otros grandes afectados por la crisis. Y es que, antes del confinamiento todo era más fácil, ya que la solidaridad de los transeúntes los mantenía alimentados. Ahora deambulan sin alimento ni rumbo fijo.
Si algo es más que urgente en estos tiempos difíciles que vivimos es la práctica de la empatía y la solidaridad, sobre todo con el más débil, aquel que tiene poco o nada para sobrevivir.
Lo anterior es ya una tarea más que aprendida por Carlos Augusto Salome, un vendedor de alimentos, mismos que ofrece a los animalitos callejeros que llegan a su tienda ubicada en la ciudad de Lima, Perú.
El in fraganti peludo fotografiado por Carlos Augusto
El hombre suele exponer su mercancía al aire libre para mayor comodidad a la hora de vender. No obstante, algunos de estos peludos sin hogar aprovechan su descuido para dar un buen bocado a escondidas.
En una ocasión pilló a uno de estos orejudos in fraganti, pero, en lugar de reprimirlo, decidió ponerse en su lugar y mirar desde sus ojos la situación que atraviesan. Porque, si antes era difícil alimentarse para ellos, ni se diga en medio de esta emergencia sanitaria y cuarentena obligatoria.
“Otro perrito aprovechando el descuido, pero no hay problema, no creo que me vaya a la quiebra por brindarle un poquito de comida”, dijo el vendedor.
Asimismo, Carlos compartió la fotografía de cuando el peludo se acerca a comer de la bolsa de alimentos que él tiene en las afueras de su local en sus redes sociales. Quizás será un poco de comida para este perro, pero puede significar la energía que requiere en el día o para salvar su vida.
“Antes los peludos se veían beneficiados con algo de comer que les ofrecían las personas en la calle, pero durante la cuarentena que aún rige sobre cientos de ciudades, para ellos es difícil encontrar comida”, afirmó Salome.
Lo cierto es que este noble ser humano seguirá tendiéndole las dos manos a cualquiera que lo necesite, sobre todo si se trata de animalitos en situación de calle. Para él no es ningún sacrificio ser generoso, y mucho menos ahora que es cuando más se necesita.
Este tipo de iniciativas de comederos callejeros para animales se ha vuelto popular en varias ciudades del país en medio de esta cuarentena. Sin embargo, en la mayoría de los casos se da por iniciativa espontánea y particular de animalistas y no por las administraciones de los gobiernos locales.
En la capital inca, el rechazo de mascotas, sumado a los perros y gatos callejeros, se ha vuelto todo un desafío a tratar para los animalistas en esta época. Es lamentable que desde la administración municipal no haya un rubro especial que funcione para cubrir estas necesidades.
Ciertamente, todo lo que se ha avanzado en ese sentido ha sido gracias a la acción de particulares y animalistas verdaderamente preocupados y activados por esta realidad. Aunque no existe ningún censo oficial en Lima, se cree que por sus calles deambulan entre mil y dos mil perros y gatos.
Comparte e imita este gesto generoso y solidario con tus seres queridos y con quien así lo requiera. Haz que tus acciones reflejen lo mejor que hay dentro de ti.