Un hombre no sabía que alguien lo fotografiaba cuando del modo más amoroso alimentaba con sumo cuidado y con un biberón a un diminuto gatito indefenso, mientras viajaba en el metro.
Lamentablemente, los casos de animales dejados a su suerte -que hemos narrado desde Zoorprendente-, viviendo en el oprobio de las calles son tantos, como variadas son las condiciones, e incluso los sitios en donde estas mascotas sin hogar suelen ser halladas.
No es raro escuchar de algún amigo o conocido que ha encontrado en la calle un perrito o un gatito desamparado. Y es que, ver animales en esta situación, es un escenario cotidiano, pero si todos colaboramos, podemos generar el cambio.
Cuando Gillian Rogers culminó su jornada laboral de ese día y se disponía a regresar a su hogar viajando, como siempre, a través de los rieles subterráneos del Metro de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, divisó a un hombre sentado en el mismo vagón, quien de inmediato, llamó su atención.
El hombre fue captado en el metro alimentando con un biberón a un pequeño gatito
Lo que la hizo enfilar la mirada no fue el sujeto en sí mismo, sino quien lo acompañaba acurrucado y envuelto en una toalla en su regazo: una esponjosa y diminuta bola de pelos felina pegada a un biberón mediante el cual estaba siendo alimentado por este ser humano de gran corazón.
La hermosísima escena fue, para Rogers, quien además dedica su vida a ayudar a los animales en la organización Pet Rescue Squad Inc., un fresco soplo de esperanza que le insufló el espíritu y la encendió de alegría.
Segura como estaba de haber participado de un momento memorable, como pocos, de esos que nos dignifican como especie.
“Fue realmente un momento especial. Cuando me bajé del vagón, sentí que caminaba en el aire. Me sentí feliz, como que renovó mi fe en la humanidad. Todavía hay gente decente por ahí”, dijo Gillian Rogers que captó la adorable escena.
Apenas se dio cuenta de la entrega y el cariño con que este individuo estaba tratando a su animalito de compañía, Gillian no dudó un segundo en captar a la pareja en una fotografía que compartió a través de sus redes sociales.
“Lo estaba alimentando con biberón. Se podía ver el cariño. Sentía que mi corazón iba a explotar al ver a alguien desbordar tanto afecto, tan inmerso en el momento en el que daba de comer al pequeñito”, contó la mujer, visiblemente emocionada.
Pero Rogers no podía quedarse solo con lo visto. No estaba dispuesta a abandonar el tren sin saber más de la historia, de modo que se acercó a el hombre para saber cómo ambos se habían conocido.
A lo que este respondió que encontró al gato solo, en medio de dos edificios, mientras caminaba.
Afortunadamente, para el minino, el viandante estuvo para él en la hora y el lugar correctos y lo rescató.
Pero además, se encargó en lo sucesivo de todos los cuidados necesarios para mantener sano al recién nacido. La verdad es que, de todo, lo que más impactó a Rogers fueron las miradas de amor que humano y mascota se dirigían entre sí.
Y aunque había llegado la hora de bajar en su destino y no tuvo tiempo de saber el nombre de aquel extraño y su gatito, tan solo presenciar aquella maravilla trasmutó cualquier dificultad de ese día en alegría y plenitud.
«Cuando me bajé del vagón, sentí que caminaba en el aire. Me sentí feliz, como que renovó mi fe en la humanidad…», aseguró Gillian tras esa emotiva experiencia que la marcó tan profundamente.
Si todos nos comprometemos, podemos disminuir drásticamente la miseria y sufrimiento de millones de animales alrededor del mundo. La tenencia responsable es la llave para generar el cambio.
Todos somos parte importante para evitar que más animales terminen solitos. El ejemplo de este buen hombre debería inspirar a muchos más a no desentendernos de estas criaturas vulnerables que necesitan de nuestra mano.