Es muy triste hablar sobre las matanzas de animales, pero es una realidad que, desafortunadamente se vive día a día. Esta vez le tocó a Sheena Seals propietaria de la granja Granja Babthorpe Hall, estar frente a la difícil decisión de asesinar a sus 12.000 gallinas.
Sin embargo, Sheena retó el destino de sus animales y evadió esta matanza con la venta de sus gallinas por tan sólo un euro.
Las gallinas por siglos han estado ligadas a los seres humanos poniendo sus huevos sobre la mesa del desayuno de muchas familias.
Es muy común verlas crecer en las granjas donde son atendidas según sus necesidades; sin embargo, muchos propietarios reciben la advertencia de grandes empresarios que para comercializar los huevos deben renovar las gallinas cada cierto tiempo.
Este requerimiento comercial es supuestamente avalado por un estudio realizado por una prestigiosa empresa que comercializa huevos de gallina, y que dio como resultado que la calidad de los huevos se ve afectada según los años de este animal.
Sheena se vio entre la espada y la pared durante el mes de enero de este año al tener sólo una semana para encontrar un hogar a 12.000 gallinas para evitar su matanza a pesar de que estuvieran en perfecto estado de salud.
La propietaria aseguró que estas gallinas continuarían poniendo huevos durante algunos años más, pero su cliente condicionó su relación comercial a la renovación de las gallinas cada año para evitar el deterioro de la calidad de los huevos.
Esta mujer encontró una benéfica táctica que prolongaba la vida de estas gallinas y garantizaba que en el hogar de sus nuevos propietarios existiera un huevo sobre la mesa del desayuno durante unos años más.
Esta mujer hizo un llamado similar para vender gallinas del 2016. La experiencia fue sorprendente y este año decidió repetir la actividad que garantizaba la vida de miles de gallinas.
«Hace un par de años logramos re-ubicar a las gallinas. Estamos seguros de que ellas han contribuido a la alimentación de muchas casas”.
Considerando el incremento de la población en la localidad ella apostó a reubicar a las 12.000 gallinas.
«Las gallinas tienen un temperamento encantador y solo necesitan un poco de espacio. Es una pena que vayan al matadero”.
Tener una gallina en casa permite un ahorro para nada despreciable al dejar de comprar huevos y más si se tratan de excelentes ponedoras.
Esta mujer manifestó que cuando una persona adopta una de sus gallinas y le brinda un hogar para siempre es un gesto que significa mucho para todos los que forman parte de Babthorpe Hall Farm.
«Mis gallinas son ponedoras comerciales que tienen alrededor de 17 meses de edad, todas están muy bien cuidadas, y todavía ponen muchos huevos».
Unos ven sólo el lado comercial de estas importantes aves en nuestro ciclo alimenticio, pero personas como Sheena le dan prioridad a su vida.
La práctica que ha repetido por años esta mujer realmente es digna de ser copiada en todas partes del mundo. No dejes de compartir esta historia tan gratificante.