Todo aquel que tiene mascotas sabe que no hay nada más satisfactorio que verlos felices corriendo de un lado para otro. A la hora de pensar en dónde o quién dejarlos cuando no podemos llevarlos de viaje o simplemente no queremos dejarlos solos en casa, siempre es un dilema. Por eso, cuando Laken Molly Richardson abrió la guardería Two Brown Dogs Doggy en Nueva Zelanda, pensó en un espacio divertido y seguro para todos los perritos.
Los perritos son animales sociales por naturaleza.
La guardería tiene un año desde su inauguración, cada día cerca de 15 peluditos llegan para dar rienda suelta a la diversión donde hacer nuevos amigos o es cosa del otro mundo. El espacio es para los perritos un lugar para relajarse y crear nuevas aventuras. Solo basta verlos llegar para confirmar que sin duda, ahí son muy felices.
Llevarlos a una guardería canina mejora su capacidad para relacionarse con otros perros.
Richardson decidió capturar el momento en que cada perrito entra en la guardería, revelando que son las pequeñas cosas las que hacen la diferencia. Los perritos llegan con sus padres humanos corriendo delante de ellos cuando reconocen que los dejaran en los que para ellos, es un verdadero mundo mágico.
Les ayuda a reducir la ansiedad provocada por pasar mucho tiempo solos en casa.
Muchos de los perritos ni siquiera se despiden de sus dueños, solo salen corriendo sin mirar atrás. Richardson no niega que hay algunos perros que les cuesta adaptarse los primeros días, pero ella siempre busca la manera de hacerlos interactuar con los otros peluditos y los invita a descubrir el lugar. Solo es cuestión de unos días, para que aquellos que llegaron tímidos se unan al grupo de perritos emocionados por llegar a la guardería. Al respecto comenta:
«Los perros nuevos tardan un tiempo en entrar en la rutina, pero una vez que lo hacen, les encanta. También tomamos perros nerviosos, ansiosos y entrenamos con ellos”.
Do I have the best job, or do I have the best job ?
Publiée par Two Brown Dogs Doggy Daycare sur Jeudi 10 octobre 2019
Para la mujer es muy satisfactorio ver a los perritos tan felices, después de una larga jornada de mucho juego donde drenan toda su adrenalina, llegan a casa totalmente cansados donde los mimos de los padres y una buena siesta, recargan las energías para el siguiente día.
Reciben ejercicios y adiestramiento.
Richardson comenta que algunos perritos no se quieren ir y debe agarrarlos para entregarlos a sus padres. Para suerte de los peluditos, siempre regresan al siguiente día y roban toda la atención de esta amante de los animales.
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