En Nochebuena, en las calles de Wichita, Kansas, un Pitbull cachorro fue atacado por otro perro y quedó gravemente herido. Alguien lo llevó al hospital veterinario más cercano y llamó al refugio Beauties and Beasts. Varios voluntarios salieron a buscarlo de inmediato, no pudieron esperar. Al llegar, notaron que el chico además de las heridas por el ataque, tenía la cara muy hinchada. Se notaba que llevaba tiempo sin comer.
El refugio se encargó de cubrir los gastos médicos y lo llamaron Jonah. Estaban muy preocupados por su salud y comprometidos a ayudarlo. «Si pasaban más días, probablemente no hubiese sobrevivido. Tenía unas diez semanas y pesaba tan solo 2 kg. Además, su pelo se había caído por la desnutrición», contó Kristen Sewell, su mamá adoptiva.
Todos aseguran que, a pesar de las graves heridas, se notaba que tenía un espíritu alegre y juguetón. Cuando Kristen y su esposo lo conocieron, no podía parar de moverse para manifestar su emoción. Con ese buen humor característico y los cuidados que le brindaron sus padres adoptivos, se estabilizó durante unos días, pero ocurrió otro imprevisto: sus patas delanteras comenzaron a fallar.
«Estaba caminando cuando de repente sus patas delanteras cedieron, dejaron de funcionar bien. El veterinario nos dijo que esto se debía a la desnutrición que sufrió durante los primeros días de vida. Los músculos y los tendones de su cuerpo eran especialmente débiles»
Después de que pasaran varias semanas en las que Jonah usó las rodilleras y se alimentó muy bien, finalmente comenzó a sentirse mejor. Hubo además un factor muy importante para su bienestar: su hermana Ariel. Una chica a la que también cuidaba la misma familia adoptiva. Se hicieron grandes amigos, crearon un vínculo especial.
A Ariel la rescataron de un dueño abusivo que la maltrataba. Cuando la encontraron, le habían cortado la pata. «Estaba cubierta de cicatrices porque la usaban como perro de carnada en las peleas de caninos. Asimismo, su hocico estaba cerrado con alambres. Así que cuando Jonah la conoció, creo que entendió que ella había pasado por momentos muy difíciles», dijo Kristen.
Al principio a Jonah le atemorizaba acercarse a otros perritos, pero Ariel lo ayudó a recuperar la confianza con su maravillosa personalidad paciente y amable. Una de las cosas más bonitas que le enseñó fue a jugar y a divertirse con los demás animales de casa.
Después de un mes, realmente todos pueden asegurar que Jonah se ha recuperado. Ahora está en adopción, en busca de un hogar permanente. Pero hasta que llegue ese momento, el cachorro estará cumpliendo una gran labor: representará al refugio Beauties and Beasts en eventos educativos para que la comunidad de Wichita se informe sobre la importancia de ayudar a los animales que como él están en malas condiciones, solos y desamparados.
Si conoces a alguien que pueda estar interesado en adoptarlo, puedes ponerte en contacto con el refugio. También puedes hacer una donación para colaborar con la maravillosa labor que llevan a cabo en Beauties and Beasts.
Te invito a compartir la historia de Jonah con todos tus amigos y conocidos