Un tierno perrito llamado Ivor fue abandonado en repetidas ocasiones por diferentes familias que lo adoptaban del refugio. Todos sus dueños lo devolvieron poco después diciendo que era un perro extremadamente desobediente. Después de que esto pasara por quinta vez, la fundación RSPCA comenzó a sospechar que podía tratarse de algo más serio que un simple problema de comportamiento.
En total fueron cinco familias que tuvieron que devolver a Ivor.
Realizaron un chequeo básico a Ivor y descubrieron que el pequeño cachorro era completamente sordo. Esto explicaba la frustración de todas las personas que habían intentado darle un hogar, y que no lograban entablar una verdadera comunicación para que el perrito les hiciera caso. Descubrir esto permitió que le brindaran a Ivor una nueva oportunidad para que lograra comunicarse con los humanos: Le enseñaron lenguaje de señas.
Ivor ya había cumplido 7 meses cuando se dieron cuenta de su condición.
El perrito comenzó a aprender las señas básicas rápidamente. Demostró ser un cachorro muy inteligente y que además es muy obediente una vez que entiende la orden que le están dando. Lo primero que aprendió fue la señal para acercarse, la cual cumplía una vez que sus dueños le tocaran la nariz con el brazo extendido.
Al igual que los humanos, los perros sordos aprovechan al máximo sus otros sentidos.
Poco después, Ivor conoció a Ellie Bromilow, quien se enamoró rápidamente de él y tomó la decisión de adoptarlo. Toda la familia Bromilow acogió a Ivor con mucho amor sin que su condición fuese un impedimento.
La nueva familia de Ivor se esforzó por aprender el sencillo lenguaje de señas que les permitiría comunicarse con el nuevo miembro de la familia.
Con la ayuda de RSPCA, Ellie continuó enseñándole más señas al cachorro. Después de ser abandonado muchas veces, Ivor ha demostrado ser excepcional y encajar por completo con su nueva familia. Todo era cuestión de encontrar una manera apropiada para comunicarse con este peludo especial.
Uno de sus juegos favoritos es que ella le esconde deliciosos premios por toda la casa, y él encuentra cada uno en cuestión de segundos.
Ellie comparte lo asombrada que está del avanzado sentido del olfato que tiene Ivor. Cuando no está ocupado entrenando su agudo sentido del olfato, le encanta saltar en las camas y pasear con su nueva mamá. Su familia le abrió a Ivor su propia página para compartir su día a día, y señalan que le hablan todo el tiempo:
“Tener un perro sordo es como tener un perro que sí puede oír. Nosotros le hablamos mientras le hacemos señas y logramos charlar mucho con él”.
Ivor ya sabe responder a las señas de “sentarse”, “acostarse” y “quedarse quieto”
Esta conmovedora historia demuestra la importancia de no rendirse con los perritos que son devueltos a los refugios; así como con aquellos que son tachados de mal comportamiento cuando esto puede ser un indicador de algo más serio. Todo es cuestión de encontrar una familia adecuada para ellos, como el caso de los Bromilow con el astuto Ivor.
Te invitamos a compartir la amorosa historia del perrito que aprendió a comunicarse con lenguaje de señas.