Sin temor a equivocarnos, podríamos decir que, pocas cosas son más hermosas que el milagro de la maternidad. Su naturaleza, además de todo lo bello que nos muestra resulta absolutamente impresionante. Hoy te traemos la asombrosa historia de una cachorrita, rescatada por su propia madre.
Resulta que Brandy, una perrita de raza Golden, de tan solo ocho meses de vida salió a jugar a un bosque ubicado en la localidad de Lake Winola, Wyoming, Estados Unidos, pero se perdió en la vastedad del territorio. Solo gracias al agudo olfato de su madre, pudieron dar con su paradero y ayudarla.
Y es que, si bien Brandy tiene un buen tamaño que la hace parecer adulta, en realidad todavía conserva el desparpajo y la inmadurez de una pequeña. Acostumbrada a permanecer al lado de su madre, no tenía la autosuficiencia necesaria.
Por eso, una mañana, la peludita simplemente desapareció. De inmediato, Nadia Delicati, su cuidadora, comenzó a buscarla por todas partes. Todos sus esfuerzos fueron inútiles, de modo que se le ocurrió prestar atención a las señales que le estaba emitiendo Bailey, la madre de Brandy, lista para salir a buscarla.
Nadia se contactó con las autoridades, quienes enviaron a un grupo de especialistas equipados para ayudar a encontrar a la cachorra, en el estado que fuese. Con el olor de su cachorra aún fresco en el hocico, Bailey, maternal, comenzó a seguir el rastro.
Fue, finalmente, el instinto y el amor de madre de Bailey quien dio con el paradero final de la cachorra. Estaba atrapada bajo una roca. Si bien tenía algo de oxígeno y podía respirar, era completamente incapaz de moverse.
De esta manera, los rescatistas cavaron entre todos un agujero alrededor de la roca, lo suficientemente amplio para sacar a la cachorra. Bailey, cavando junto a ellos, lo que resultó ser lo más emocionante de ver en la escena.
“Tuvimos que hacer el agujero un poco más grande, para poder meter a nuestro chico más pequeño, lo suficiente como para que su cabeza saliera. Corrió hacia su dueño. Sinceramente fue como una escena de una película”, dijo el teniente Nate Evans, del cuerpo de bomberos de Lake Winola.
Este hecho comprueba que, si se unen las fuerzas de expertos en labores de rescate, con el amor de una madre, nada es imposible. Sin lugar a dudas, no existe algo más fuerte en el mundo que el vínculo de una madre con su hijo. Algo que, como vemos, no es exclusivo de nosotros los humanos.
“Es increíble. Nada en el mundo es tan fuerte como el amor de una madre”, añadió Evans.
El corazón de una madre nunca se equivoca. Veamos la vida siempre con esos ojos del amor. Seamos conscientes de lo afortunados que somos por tener a nuestra madre, a nuestros hijos y cuidemos la hermosa naturaleza que nos rodea.
Comparte esta hermosa historia con tus seres queridos. Realmente son nuestras madres quienes han estado y estarán mientras vivan siempre a nuestro lado, dispuestas a hacer lo que sea por apoyarnos.