Para algunos animales, cada minuto en las calles cuenta. No sabemos cómo mascotas tan jóvenes pueden alcanzar, en tan solo unos meses, situaciones de riesgo realmente impensables.
La perrita que protagoniza esta historia tiene solo 3 meses de edad y la verdad es que pudo haberle ocurrido de todo. En primer lugar nació ciega, lo cual ya es un factor determinante si tienes que sobrevivir en las calles a tu suerte.
En medio de una carretera, esta cachorrita ciega buscaba algo de alimento
En segundo lugar, en muy poco tiempo llegó a una desnutrición realmente preocupante. La pequeña era solo piel y huesos, además de estar completamente cubierta de suciedad y de pulgas.
Lo más indignante no es que la perrita haya alcanzado estos niveles de deterioro en tan poco tiempo. Lo peor es que mientras deambulaba en las calles, ninguna persona fue capaz de brindarle la ayuda que claramente necesitaba con urgencia.
Es cierto que de nacer de una madre callejera, su vida ya está condicionada a un futuro incierto, pero… ¿por qué nadie hizo algo por ella antes de que estuviera al borde de la muerte? ¿Puede haber personas que notan la desesperación de un animalito inocente y deciden mirar en otra dirección? Por desgracia, sí las hay.
Sin embargo, no todos son así. ¡Qué suerte que tuvo esta pequeñita! Su benefactor llegó justo a tiempo. Ciega, hambrienta y vulnerable, la perrita deambulaba por las calles, ignorando que se aproximaba al peligro.
Alguien de buen corazón decidió cambiar el destino de ste perrito para siempre
La perrita estaba al borde de una carretera transitada. De pronto, el olor de algo para comer llamó su atención, así que la pequeñita decidió lanzarse a la vía en busca de algo que pudiera llevarse a la boca.
Fue justamente cuando el hambre empujó a la cachorrita a exponer su vida, cuando un hombre notó lo que ocurría y decidió intervenir. Él tomó a la perrita y pronto notó que a su corta edad, ella no la había pasado nada bien.
Una vez que decidió sacarla de las calles, decidió llevarla al veterinario para una evaluación médica. Allí determinaron lo que ya saltaba a la vista: la perrita estaba severamente desnutrida y deshidratada.
Era necesario someterla a una etapa de recuperación, proporcionándole una dieta especial, proporcionándole un buen baño y librándola de todos los parásitos externos que tenía sobre su cuerpo.
Con respecto a la ceguera: el médico determinó que sería una condición permanente, por lo que las calles era el último lugar del mundo donde una perrita de sus características debía estar. Pero esta perrita era más afortunada de lo que imaginaba.
El mismo hombre que había decidido salvar su vida, tomó la resolución de darle el hogar que tanto necesitaba. Ella no volvería a correr peligro nunca más. Solo debe esperar un poco a que la perrita esté fuera de peligro para llevarla a conocer a su nueva familia.
Vivirá permanentemente con su ceguera, pero será amado en un hogar feliz
Si te emociona saber que después de tantos peligros esta perrita está finalmente fuera de las calles, no dudes en compartir su historia.