La curiosidad y preocupación de una mujer ha salvado la vida de su perro juguetón. Cuando Mortimer, un perrito bulldog de 3 años, dejó de comer su dueño Emily Shanahan se preocupó por su estado de salud pues sabía que esto no era algo usual en él.
Ante esta situación decidió cerciorarse de que todo estuviese en orden y llevó al animal al Angell Animal Medical Center, un hospital veterinario 24/7 en Massachusetts.
Sin embargo, nadie se imaginó jamás lo que sucedía con este amigo.
Parece que Mortimer tenía un gusto especial por unos peculiares bocadillos y su familia no lo sabía hasta que dejó de comer a mediados del mes de junio.
El bulldog había sufrido de náuseas desde abril pero sus padres creyeron que se trataba de simple reflujo.
Sin embargo, al realizársele una radiografía en el Angell Animal Medical Center se comprobó que Mortimer tenía un gran número de chupetes atorados en su estómago.
Este travieso animal había desarrollado un gusto especial por las chupas de sus hermanos menores y su familia no lo había notado.
Al percatarse de la sorprendente situación, la doctora veterinaria Erika De Papp de Angell procedió a extraer los objetos, a través de una endoscopia.
«Un procedimiento no quirúrgico que se usa para examinar, y muchas veces remover, artículos del tracto digestivo de un animal», según dio a conocer la propia clínica de Boston.
Por fortuna, el procedimiento pudo realizarse sin ningún tipo de complicaciones. No obstante, el médico de cabecera de Mortimer, el Dr. Doug Brum, advirtió que esto pudo haberse convertido en un problema aún mayor con un trágico desenlace.
«Es probable que Mortimer haya comenzado a tomar estos chupetes en abril, quizás uno a la vez, y que así se haya producido el ciclo de náuseas y vómitos, que son síntomas que pueden ser causados por tantos otros problemas de salud. Si no fuera por la urgencia con la que su familia buscaba atención veterinaria, las cosas se habrían puesto mucho peor para él», comentó el Dr. Doug Brum.
Por fortuna, después del procedimiento el perrito pudo sanar y recuperar su apetito. Mortimer logró regresar a casa junto a su familia, aunque su madre no podía creer lo que había sucedido.
«Me sorprendió porque, aunque tengo dos niños pequeños en casa, nunca me había imaginado que estuviera comiendo sus chupetes», dijo Emily Shanahan.
A pesar del susto, todos estaban felices de que el animalito no tuviese ningún tipo de enfermedad crónica. Aunque nos parezca increíble, el caso de Mortimer no es nada extraño.
La clínica confesó que sus veterinarios han retirado todo tipo de objetos de los vientres de muchas mascotas, desde cuerdas, rejoles hasta chupetes. Sin embargo, el llamado es siempre a la supervisión y atención médica oportuna al notarse algo diferente.
Comparte esta sorprendente noticia. Pocos podrían imaginar que esto sea algo común por eso es necesario informar y advertir a otros papás para que cuiden a sus mascotas.