De acuerdo a las últimas estadísticas disponibles, más de 12 millones de animales son usados como parte de la experimentación cosmética. Conejos, ratas y perros, por nombrar algunos, forman parte de horribles experimentos que tras análisis se promueve la venta y el marketing de los productos de belleza.
Desafortunadamente, millones de animalitos mueren a causa de pruebas de toxicidad a las que los someten para aprobar productos cosméticos. Algunos logran sobrevivir gracias al increíble trabajo de instituciones y organizaciones que con ayuda de cómplices evitan un trágico final.
25 perros fueron rescatados de un laboratorio en China.
Esta es la historia de Echo, un hermoso perrito que pasó los últimos seis años de su vida encerrado en una diminuta jaula. Beagle Freedom Proyect lo rescató junto a otros peluditos tras sobrevivir a múltiples experimentos para la industria cosmética.
Todos los perritos estaban emocionados de salir de sus jaulas y correr libremente. Pero la conducta de Echo llamó especialmente la atención de sus rescatistas.
Echo es un Beagle que pasó muchos años recibiendo tratos injustos.
Tras hacerle un chequeo médico compraron que Echo había recibido un químico que se usa en las pruebas de toxicidad para cosméticos. Este químico hizo que perdiera gran parte de su visión, necesitaba comenzar una vida de nuevo y la total atención de personas dispuestas a velar por su bienestar.
Echo tardó algún tiempo en aceptar su nueva vida. Ser ciego es lo suficientemente desafiante, pero ser ciego y nunca salir de una jaula es totalmente abrumador.
Afortunadamente, no pasó mucho tiempo para que encontrara una madre de acogida, Hannah fue la mujer que la acompañó en el nuevo proceso de su vida.
Había perdido gran parte de su visión.
Al llevarlo a casa, Echo se encontró con Gigi, una dulce perrita que pareció comprender que el nuevo miembro de la familia necesitaba algo de tiempo para ganar confianza y jugar libremente.
Tan solo dos días después de llegar a su hogar de acogida, Echo reveló su personalidad juguetona y movía su colita de un lado a otro como la más tierna invitación a realizar travesuras.
Removerle el ojo derecho fue la solución para calmar su dolor.
Echo había recuperado su confianza, pero los problemas de visión le causaban gran dolor. En su siguiente visita al veterinario el médico decidió extraerle su ojo derecho, increíblemente Echo reaccionó muy bien después de la cirugía y se adoptó por completo. Hannah comentó al respecto:
“Este era un perro al que le encantaba divertirse. Echo finalmente estaba listo para que comenzara su nueva vida”.
Hannah se puso en contacto con una pareja que la había visto en línea y estaba al tanto de su tratamiento, Jenna y Jay se convirtieron en los nuevos padres de esta hermosa bola de pelos acogiéndolo en su hogar como un miembro más de la familia.
En su casa, Echo hizo un gran vínculo con el resto de los peludos, dos perritos y una gata serían sus nuevos hermanos y cómplices de aventuras.
Pero mira lo que sucedió cuando conoció al nuevo bebé de la familia:
Echo ahora está viviendo una hermosa vida al lado de seres que lo valoran y le dan todo el amor que se merece. Ojalá todos fuéramos conscientes que los animalitos son seres vivos que merecen respeto y una vida digna.
Echo logró salir de la granja donde era sometido a fuertes experimentos para testar cosméticos, pero aún quedan muchos animalitos por salvar.
Salvar una vida está en tus manos.
La lucha aún continúa, todos podemos colaborar al comprar productos libres de pruebas con animales. La manera de identificar estas marcas es con el sello “cruelty free” (libre de crueldad animal) en los empaques y la imagen de un conejito. Tema que ganó impulso a raíz del cortometraje Save Ralph.
Hacer visible esta realidad es tarea de todos, comparte esta historia en tus redes y sigamos apostando por un mundo donde todos los animalitos sean tratados con amor.