Generalmente cuando hablamos de cuidar, proteger y crear conciencia sobre la responsabilidad que se adquiere cuando tenemos una mascota nos viene a la mente perros, gatos, elefantes, caballos.
Nos podemos preguntar entonces ¿Qué pasa con las aves? ¿Cuántas veces nos preguntamos cómo deben ser tratadas? ¿Es acaso una jaula su lugar de protección?
Sin darnos cuenta estamos cortando o limitando a una hermosa especie que nació para sentir en su cuerpo la brisa, para sentir en su alma la altura, para sentir la libertad con su vuelo.
Cortamos sus alas para que no se pierdan, o realmente se las cortamos para que no escapen. Sí para que no escapen, entonces… sí estamos cortando su libertad.
Hemos leído testimonios de muchas aves, algunas se auto-mutilan, un comportamiento que no es normal porque se hacen daño.
Denise Kelly, co-fundador y presidente de la asociación The Avian Welfare Coalition comenta que la auto-mutilación no es normal, es un comportamiento que obedece a un nivel alto de estrés, a una enfermedad física, una mala alimentación, ansiedad o angustia, desajuste mental y emocional o una combinación de todo lo anteriormente expuesto.
En el refugio Foster Parrots ubicado en Rhode Island, fue dejado una ave bebé que se había auto-mutilado, fue rescatado de su hogar porque se sentía solo y fue llevado a este refugio.
Fue necesario colocarle un collar especial para evitar que continuara con ese comportamiento.
Existen muchas opiniones, unas contrarias a otras, algunas personalidades apoyan que las aves pueden estar en los hogares como mascotas y otras están en total desacuerdo. Karen Windsor, co-director del Foster Parrots comenta que las Cacatúas Molucas son animalitos muy inteligentes y sensibles y que pueden vivir como mascotas.
Encontramos otra opinión tal como la emitida por Jamie Whittaker, presidente de la Federación Americana de Avicultura (AFA), que defiende la alternativa de tener aves en los hogares como beneficiosa.
Su argumento se basa en la creencia de mejorar la vida de las aves que se encuentran en cautiverio, así como fomentar la conservación de estas en su hábitat natural y tener para las aves hogares más felices. Apoya a las aves reproductoras, porque piensa que no hay suficientes aves para que todas las personas puedan disfrutarlas ¡Qué injusto!
Existe una realidad que no puede ser ajena a los ojos de los defensores de los animales, y es el mercado comercial ilícito de aves.
En Estados Unidos para el año 1992 se redujo estas transacciones por la aplicación de la ley, donde se estableció que para poder importar aves y más loros exóticos, se debía obtener un permiso que podía ser emitido con fines de investigación científica, los permisos no se otorgaban para la adquisición de aves como mascotas de propiedad privada.
Aunque es cierto que sí hubo una reducción de este comercio ilícito, no ha desaparecido por completo, no hay una constante vigilancia y se estima que puede haber 150.000 loros de contrabando en este país.
Es triste pensar que estos animales están en peligro de extinción y los que se están comercializando pueden terminar en una subasta de mascotas exóticas, instalaciones de cría y en casas particulares.
Son muchas las historias que podemos encontrar de aves que están sufriendo al estar entre rejas sin haber cometido delito alguno, sin poder estirar las alas, sin poder respirar el aire puro, por nombrar uno, es el caso de Capitán.
Marc Johnson, fundador de Foster Parrots, en su visita a una posada ubicada en la costa norte de Massachusetts, se encontró con Capitán, una hermosa guacamaya. El lugar tenía un bar cerrado con cascadas y palmeras para la decoración, y una pequeña jaula donde se encontraba Capitán, sin poder extender sus alas, tras barrotes de hierro oxidado.
Marc, comenta que le dijo al dueño del lugar: “Quiero ayudar a construir un recinto para albergar esta ave correctamente» El propietario nada receptivo y sin valorar la iniciativa y las razones de Marc mostró su negativa.
Sin pensarlo Marc comenzó a tomar algunas fotos que más tarde serían las evidencias del maltrato que estaba recibiendo Capitán. El agua estaba verde, la comida era horrible (teniendo un restaurant el dueño se negaba a darle frutas), había restos de cigarrillos debajo de la jaula.
Marc también tomó fotos del comportamiento de Capitán, quien mordía las rejas todas oxidadas, como queriendo escapar de ese espacio tan pequeño y de ese ambiente lleno de humo. Tristemente mientras tomaba las fotos, evidenció como los visitantes se acercaban a esta maravillosa ave y simplemente decían: «¡Oh, qué hermosa, hermosa ave« .
¿Qué piensan?… Sí, es una magnifica ave, digna de admirar e interactuar, apreciar su grandeza, sus colores, pero no así, debemos detenernos y pensar y preguntarnos ¿Cómo está viviendo?, ¿Qué clase de vida lleva?
Existen muchas historias de aves que han sido víctimas de la crueldad animal, pocas son las denuncias que salen a la luz pública.
Lamentablemente los refugios para las aves son muy pocos, Foster Parrots es uno de ellos si quieres dar tu aporte y conocer más de este encantador lugar puedes hacer clic aquí.
Necesitamos crear un sentido de responsabilidad especial, no podemos ser indolentes ante esta situación, debemos reaccionar. No tenemos que ser un estudioso en la materia como lo es Marc, pero si podemos ser pro-activos, y cuando visitemos a un lugar y nos encontremos a una ave en las condiciones de Capitán, manifestemos nuestro descontento y total desacuerdo al responsable de administrar ese lugar.
No dejemos de documentar lo que sería una posterior denuncia ante las autoridades competentes y ayudemos a devolver la vida a esta especie que nació precisamente para alzar vuelo.
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