Fraser es nuestro adorable protagonista, un perrito que tuvo un pasado bastante doloroso con unos dueños insensibles que le hicieron pasar por un terrible sufrimiento. A Fraser le cortaron sus orejas y cola solo para hacerlo lucir intimidante, el perrito tenía no solo marcas físicas sino emocionales que eran más difíciles de sanar.
Debido a su tormentoso pasado el perrito se aterrorizaba por todo, afortunadamente fue rescatado por la organización Battersea Dogs & Cats Home en el Reino Unido. A pesar de la extraña conducta del Fraser, sus nuevos amigos peludos rápidamente se dieron cuenta que detrás de esa apariencia robusta se encontraba un perrito sensible y cariñoso.
Si los perros están bien educados sabrán que deben respetar las personas.
Al principio el Frase se encontraba tan asustado que se negaba a dejar su perrera, cualquier caminata implicaba mayor esfuerzo para convencerlo de salir a disfrutar de un maravilloso día. Todos en la organización tenían la mayor disposición de ayudarlo, no fue sino hasta que un pequeño Pug se atrevió a ganar su corazón y logró hacerse su inseparable amigo.
Las personas deben comprender que hay unas razas más sociables que otras.
Elizabeth kidd, había adoptado al pequeño pug de seis meses al que llamó Pancake. Kidd es conductista canina de la organización y tuvo la gran idea de presentarle su pequeña mascota al temeroso Fraser. El adorable Pancake tiene una personalidad muy amable y juguetona, así que apostaron en por una amistad sana llena de infinitas aventuras.
El pug es un perro perfecto de compañía, muy cariñoso y alegre.
Mágicamente el encuentro entre los dos perritos fue tan sutil que sorprendió a todos con lo rápido que encajaron. Elizabeth comentó al respecto:
«Aunque Pancake y Fraser no parecían ser la pareja más probable, fue conmovedor ver lo bien que se llevaban. El pequeño Pancake realmente le enseñó a Fraser cómo ser un perro valiente y tener más confianza en sí mismo”.
Al transcurrir los días, Fraser iba revelando su verdadera identidad, la de un perrito confiado y feliz que encontró su luz gracias a un pequeño que le ayudó a enfrentar sus miedos. Antes, la conducta de Fraser no lo hacía un candidato ante los ojos de los adoptantes, pero ahora está listo para encontrar un hogar y llenar cada rincón de la casa de infinita felicidad.
Son perritos muy sociables, logran llevarse bien con todo tipo de personas y animales.
Sin duda, no hay nada que el amor y la paciencia no puedan hacer, y estos adorables perritos son un claro ejemplo de ello. Deseamos que Fraser pronto encuentre un hogar y la amistad de estos dos peluditos dure por mucho más tiempo para que sigan conquistando el mundo con sus tiernas aventuras.
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