La dura vida que algunos animales han tenido que soportar en las calles los lleva a convertirse en criaturas desconfiadas y en cierto punto hasta violentas. Tantas agresiones de las cuales son víctimas no puede menos que crearles un escudo de protección contra quienes deseen acercársele, y en ocasiones eso hace mucho más difícil rescatarlos.
Ellos piensan que los volverán a lastimar.
Los animalistas independientes saben mucho de esto, pues a diario deben enfrentarse a este tipo de realidades.
En esta ocasión, los voluntarios de Stray Rescue of St. Louis, un refugio animal en Misuri (Estados Unidos), llevaron a cabo una misión realmene admirable cuyo fin era salvar la vida de un pastor alemán en apuros.
Este perrito se convirtió en un hueso duro de roer pero no imposible.
El peludo se encontraba vagando por las calles en pleno invierno y un vecino decidió reportarlo para que los rescatistas pudiesen intervenir.
De inmediato estos hombres de buen corazón se acercaron a la zona donde se suponía estaba el animalito pero no imaginaron lo difícil que sería el rescate.
Lo vigilaban desde lejos para no ahuyentarlo.
El perro se atemorizaba ante todo, los carros y la correa lo hacían huir y por horas generó gran tensión a sus rescatistas.
“Ayer tratamos de rescatar a este perro muy grande y muy asustado, todo el día. Se acercó a nosotros pero los autos lo asustaron y la correa lo asustó aún más que los coches”, informó Stray Rescue of St. Louis en su cuenta de Facebook.
Este encuentro ocurrió a principio del mes de febrero, cuando los termómetros marcaron bajo cero casi todos los días. Ante el embate de este duro invierno, los voluntarios no querían renunciar a la captura del animalito pues sabían que su vida corría peligro.
Idearon diferentes formas de acercamiento.
Después de varios intentos, incluso hasta altas horas de la noche, el equipo de Stray Rescue of St. Louis desistió y se marcharon para volver a la mañana siguiente por el animalito.
“Corrió por calles ocupadas y levantando los pies, así que supimos que estaba frío y no tenía a donde ir. Los camioneros nos dijeron que fue abandonado”, relataron en Facebook.
A la mañana siguiente intentaron una nueva estrategia que incluía una jaula más grande para que el animalito abandonado entrara en ella con mayor facilidad. Después de varios intentos el plan dio resultado y el peludo fue oficialmente rescatado el pasado 10 de febrero.
El can entendió que sólo querían ayudarlo.
Parece que el animalito ya estaba lo suficientemente desesperado como para seguir luchando contra los rescatista y accedió a irse con ellos.
Esta es la mejor decisión que pudo haber tomado el can ahora bautizado como Iceberg, y para el cual se planea iniciar la búsqueda de una familia.
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Donna Lochmann, una de las rescatistas que salvaron al pastor ha establecido un lazo con el peludo y se alegró de informar esa noche que el animalito estaba listo para “acurrucarse en sus grandes y mullidas mantas esta noche. Va a dormir tan bien”.
El compromiso de estos voluntarios es admirable, de no haber sido por eso el destino del perrito sería otro. Comparte la historia de este bello rescate y envíale tus bendiciones a quienes dedican su ida por proteger a los necesitados.