Si tuviéramos que buscar una palabra que definiera a la perrita Valentina Gan, quien fuera abandonada por un desconocido y después rescatada por miembros de la Armada chilena, sería agradecimiento.
Hoy sus salvadores y compañeros de actividades diarias, le confieren el honor de ascenderla a cabo primero de Aviación Naval por su gran desempeño.
La historia de Valentina, a quien también se le conoce como «La Gordis» o «La Vale», comienza en febrero de 2013. Desde un autobús de la Armada de Chile vieron que alguien arrojaba de un vehículo en marcha un paquete.
Los militares lo recogieron y en su interior hallaron a una encantadora perrita de pelo blanco. La llevaron a la base y la cuidaron, ella rápidamente se adaptó a su nueva vida castrense.
La llamaron Valentina Gan, el apellido le vino del lugar donde fue encontrada: en el Grupo Aeronaval Norte. Uno de los oficiales comentó: «Valentina ya tiene cinco años junto al personal militar de esta zona de Iquique», refiriéndose a una ciudad costera al norte de Chile.
La Gordis, que es un animalito de muy buen comer, se ha sabido ganar el corazón de todos sus compañeros, demostrando que es un ser especial y agradecido. Cumple a cabalidad con las tareas que le son asignadas, bien sea en ceremonias, desfiles o encuentros deportivos.
Eso sí, casi siempre ostenta una expresión de seriedad en su rostro, pero no te equivoques con ella, en el fondo es sumamente traviesa y divertida.
Tiene tres amonestaciones que manchan su hoja de vida. La primera por romper varios pantalones al personal naval, la segunda por sacarles la ropa de los colgadores y la tercera por quedarse dormida en el ejercicio de sus funciones, cosa que ha sido recurrente.
«A veces duerme con sus amigos de la Oficina de Operaciones del aeropuerto», afirmó un capitán que la conoce bien.
Sin embargo, Valentina ha sido una guardiana inquebrantable, siempre al pie del cañón, de allí que se haya ganado su ascenso a nivel canino de cabo primero. La Armada de Chile ha hecho público este anuncio a través de la red social Facebook.
Los animales son seres extraordinarios que se dan cuenta cuándo los humanos son buenos con ellos. Valentina supo desde cachorra que aquel grupo de militares que la salvaron serían su familia protectora, por eso de allí en adelante el amor entre ellos ha sido recíproco.
Ella sabe que la quieren tenga sobrepeso o no. Así que por su parte ella lo retribuye con su carisma, convirtiéndose en un soldado más y en la mascota adorada de todo un regimiento.
Muchas veces los animales que rescatamos de un destino incierto, nos lo agradecerán toda la vida alegrando nuestros días con sus ocurrencias, lealtad y cariño. Comparte este hermoso homenaje.