A veces en los edificios o zonas residenciales hay normas muy estrictas con respecto a las mascotas. Hay algunos lugares en los que es permitido tener a cualquier animal, mientras que otros ni siquiera permiten que las personas convivan con perros o gatos. En el mundo hay de todo: personas responsables, otras que abusan y le hacen daño tanto al ambiente como a sus propias mascotas… Resulta impredecible, pero ciertamente tener un animal en casa, si se sabe aprovechar, es una de las cosas más maravillosas que hay en el mundo.
Un hombre de Florida está dando una batalla en la residencia en la que vive, ya que la junta de condominio no le permite tener a su mascota: una ardilla. Lo que ocurre es que Ryan Boylan tiene a este tipo de animal como mascota porque la rescató hace casi un año. La ardilla hembra, según cuenta Ryan, se encontraba atorada debajo de un auto justo después del Huracán Matthew.
Cuando Ryan rescató a la ardilla, no encontró una mejor solución que llevársela a casa y cuidar de ella hasta que recuperase la salud, lo cual ocurrió sin problema alguno. La nombró Brutis, y ahora asegura que se comporta como cualquier gato doméstico.
Pero hace un tiempo los vecinos se enteraron del inquilino sorpresa que se encontraba en el edificio y no estuvieron muy contentos al respecto…
Ahora el condominio está pidiéndole a Ryan que se deshaga de Brutis, o los echarán a ambos de allí. Ellos alegan que tener a un roedor dentro del complejo habitacional podría poner en riesgo la salud y el bienestar de algunos vecinos, porque es peligroso. Claramente él no concuerda con esa opinión, ya que la ardilla pesa muy poco y no molesta a nadie.
Además, la ardilla se ha convertido en un animal que le brinda soporte emocional a Ryan, ya que hace dos años él tuvo un accidente de tránsito que le dejó muchos trastornos de ansiedad. Ahora, la ayuda de Brutis ha resultado más provechosa que cualquier tratamiento médico. Es primera vez que puede lidiar con la ansiedad y no desea deshacerse de ella.
La situación es complicada sin duda alguna, ya que por un lado los vecinos tienen razones válidas para no desear tener una ardilla en el edificio, pero también es cierto que el animal no le ha hecho daño a nadie y solo le hace compañía a Ryan. El tema es delicado, también porque no se trata de un animal doméstico y su hogar está en exteriores, no entre cuatro paredes. Esperamos que las cosas se resuelvan de la mejor forma para ambos.
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