Proteger a las ballenas, una de las especies más emblemáticas del planeta, es vital para poder mantener los océanos saludables para todos. Sin embargo, incluso estos gigantes marinos están siendo afectados por el «depredador más mortífero del mar»: la contaminación por desechos plásticos.
En el Sur de Francia, a orillas de la costa, en la playa de Messanges, fue hallado el cuerpo sin vida de una ballena en estado de total desnutrición, sumamente delgada y con nada menos que 16 kilogramos de plástico en su interior.
Como sabemos, este tipo de desechos contaminan a cada rincón del océano, amenazan la vida silvestre marina, e incluso afectan y aparecen en los mariscos que comemos.
El animal fue encontrado con muy baja temperatura corporal, tiesa sobre la arena, con la boca abierta. Según se supo, la ballena pertenecía a la especie picuda de Cuvier (Ziphius cavirostris).
Se trató de una hembra de poco más de 5 metros de longitud. Parte de su cadáver ya estaba descompuesto. En cambio, la gran cantidad de basura ingerida que acabó con su vida, tardará siglos en degradarse.
“Una vez que fue retirada de ahí, se le aplicó una autopsia para determinar la causa de muerte. La ballena perdió la vida debido a la cantidad de plástico en su estómago”, declararon los portavoces del grupo de conservacionistas del Observatorio Pelagis e Itsas Arima, quienes hicieron las pruebas.
Desgraciadamente para el ecosistema, no es la primera vez que un mamífero de este tipo muere a causa de la contaminación plástica arrojada al mar. Por el contrario, este tipo de incidentes son comunes debido a la gran cantidad de desechos que terminan en las profundidades marinas.
Entre los artículos encontrados al interior de la ballena se encontraban bolsas desechables, envoltorios y paquetes de pasta. Es un problema serio, el plástico está asfixiando nuestros océanos y matando la vida silvestre, no solo en nuestras playas locales, sino en otras más remotas y en los polos.
Este hallazgo representa un ejemplo más del impacto humano en nuestros mares. Actualmente, más de 11 millones de toneladas métricas de plástico desembocan en los océanos cada año. Esto significa que, de no poner freno a la contaminación por plástico, para el año 2050, podría haber más de éste que peces en el mar.
“La contaminación por plásticos de los océanos daña la vida marina de dos maneras: por ingestión y por enredos”, añadieron los especialistas en fauna marina.
Según explicó el coordinador de la red de varamientos de Pelagis, Willy Dabin, este tipo de desechos se pegan a las paredes intestinales de los cetáceos, y obstruyen la captación de nutrientes necesaria para subsistir. Eventualmente, el mal invade el resto del cuerpo, hasta que el animal fallece.
Por otro lado y, de acuerdo con Pascal Ducasse, corresponsal de Pelagis, en siete años no había ocurrido un incidente similar en las costas francesas. Según los científicos que realizaron la autopsia, además, el ejemplar ya tenía una condición parasitaria previa.
La ingesta de plástico incidental no ayudó a que su enfermedad se revirtiera favorablemente. Por el contrario, la empeoró. Sus riñones colapsaron y los 16 kilos de desechos aceleraron su deceso.
Pobrecita ballena no merecía un final tan triste provocado por nuestra indolencia
Comparte esta historia con tus amigos. Definitivamente, la contaminación por plásticos es un problema global, que requiere de una solución global.