La vejez es una de las mejores etapas de la vida, siempre que se cuente con el apoyo y cariño de todos nuestros seres queridos para poder hacer frente a todos los cambios físicos y anímicos que se atraviesan durante tal faceta. No obstante, muchas instituciones geriátricas limitan radicalmente las actividades que pueden realizar los adultos mayores, e incluso los acompañantes que pueden tener o recibir durante su estadía en el lugar.
Lamentablemente, esto fue lo que sucedió a una mujer de 92 años, que fue forzada a separarse de su también anciano perrito chihuahua de 12 años porque su asilo no permite la entrada de animales. En este momento la abuela estaba pasando por momentos sumamente difíciles, tuvo que someterse a una riesgosa cirugía antes de ingresar a las instalaciones y después tuvo que despedirse de su mejor amigo llamado Sir Blacky, que la había acompañado durante más de una década de su vida.
La mujer intentó persuadir a la institución para poder estar en el lugar con el perrito, pero fueron totalmente indiferentes a su dolor
El asilo se rehusó tajantemente a que el veterano perrito chihuahua pudiera vivir en el lugar con su dueña mientras se recuperaba de sus problemas de salud, así que fue llevado al refugio Front Street Animal Shelter en Sacramento, California.
Evidentemente, Sir Blacky se encontraba triste por no poder acompañar más a la mujer que lo había criado. Sin embargo, todo estaba a punto de cambiar. El refugio publicó la historia del chihuahua y se hizo viral rápidamente, alcanzando miles de reproducciones.
Después de pasar tan solo una noche en el refugio, Sir Blacky tenía muchísimas solicitudes para ser adoptado pero una mujer, llamada Donna Ortiz, fue la seleccionada para cuidar del perrito mayor y tiene un grandioso plan: reunir a Sir Blacky con su antigua dueña.
«Ella simplemente entró al asilo para rehabilitarse. Mi misión es reunirlos», dijo Ortiz.
Actualmente, el perrito se encuentra viviendo felizmente al lado de Ortiz, quien lo cuida y llena de amor hasta que por fin pueda reunirse con su verdadera madre, puesto que sin importar cuál sea nuestra edad, todos tenemos derecho a estar rodeados por los seres que más amamos, incluso si tienen cuatro patas.
«Ha sido un largo día para este chico. Está dormido con la barriga llena y estará esperando ansiosamente ver a su verdadera mamá cuando se recupere por completo de su cirugía. El día de hoy le dieron mi número telefónico a la mujer para que pueda llamarme cuando esté lista. Voy a mantenerlos informados», señaló Ortiz.
Esperamos que muy pronto Sir Blacky y la dulce anciana puedan estar juntos nuevamente, para continuar disfrutando de la vida haciéndose compañía el uno al otro. Además, confiamos en que este acontecimiento pueda servir para que los asilos por fin cambien sus políticas y tomen conciencia de lo importante que son las mascotas para los adultos mayores.
¡Comparte esta emotiva historia con todos tus amigos y exijamos mejores condiciones de vida para nuestros ancianitos!