Todos los perros merecen una familia que los cuiden, eduquen y les den el mejor trato posible. Por desgracia, hay miles de personas dispuestas a dar los peores tratos a estos seres inocentes sin tener ninguna contemplación por el enorme daño que pueden causar en su salud.
Un hombre de Australia era el dueño de una pastor alemán llamada Chloe. Todo parecía marchar con normalidad, pero sus vecinos comenzaron a notar cosas muy extrañas.
La perrita fue rescatada en las afueras de la ciudad de Adelaida al sur de Australia.
La Organización RSPCA recibió una llamada en donde varios vecinos del lugar indicaban lo preocupados que se encontraban por la perrita. Su dueño no sólo la había dejado encadenada en el jardín y expuesta al sol; sino que también había atado su hocico fuertemente con un desagradable cable.
De esta manera, Chloe no podía jadear para regular su temperatura. Cada minuto que pasaba en esta tormentosa situación significaba un gran peligro para su salud.
Chloe fue rescatada con apenas 11 meses.
Por suerte, los rescatistas llegaron justo a tiempo y le dieron la ayuda que tanto necesitaba. La llevaron de inmediato a un veterinario y allí lograron comprobar que habían llegado cuando la dulce Chloe más lo necesitaba. Todo parecía indicar que estaba mostrando serios signos de sofocación.
Lo primero que hizo la perrita cuando la liberaron fue tomar agua desesperadamente.
Ahora, todo era cuestión de brindarle la ayuda que tanto necesitaba para que se recuperara y lograra ser una perrita sana y fuerte. Sin embargo, también había algo muy importante por hacer: Asegurarse de que el culpable de una situación tan lamentable respondiera ante la justicia.
Se presentaron cargos ante el dueño de Chloe y la policía arrestó a Mount Gambier, un hombre de 48 años de edad.
El castigo del dueño fue tan solo una multa de 135 dólares y debió cubrir los gastos veterinarios de Chloe.
Para defenderse de los cargos, el hombre aseguró que había utilizado el cable para darle una lección. Su plan era desatarla antes de ir al trabajo, pero simplemente “se distrajo” y se fue de la casa dejando a la perrita bajo el sol sin ninguna forma de poder librarse de ese tormento.
Chloe ha sido adoptada por una nueva familia y ahora tiene un hermano perruno.
Levantamos la voz en contra de un tratamiento tan injusto y doloroso. Tener una mascota significa un gran compromiso para poder velar por la salud de estos hermosos animales y brindarles la mejor vida posible. Esperamos que el caso de Chloe ayude a crear conciencia sobre la importancia de velar por los derechos de los perritos.
Comparte esta nota para apoyar a la hermosa Chloe y al maravilloso trabajo que hicieron los vecinos y los rescatistas para poder salvar su vida.