Un hombre amante de los animales y preocupado por aquellos más indefensos decidió renunciar a su cómoda vida de lujos en Suiza para mudarse a África y fundar una organización protectora de la vida salvaje.
Su nombre es Dean Schneider y se ha robado el corazón de más de una en la web después de que su historia se hiciese viral.
Este hombre de sólo 26 años ha dejado atrás su estable y prometedor trabajo en el campo financiero y viajó a África para brindar su ayuda a los animales más necesitados.
Dean es el fundador de la organización benéfica llamada Hakuna Mipaka, encargada de proteger a los animales salvajes en un terreno de 300 hectáreas. Este hombre decidió dedicar su vida al cuidado de aquellos que no tiene voz: los animales.
Dean no sólo se preocupa por cuidar y sanar a los animales, sino que ha creado un vínculo emocional con cada uno de ellos.
Su fundación se fundamenta en cinco valores principales: libertad, lealtad, aprecio, fraternidad y audacia. Pero su misión no es sólo impactar en la vida de los animales.
“Mi misión es llegar a la mayor cantidad de personas posibles y educaros sobre la vida salvaje y la belleza de reino animal”, señala Dean en la web de su fundación.
El amor por los animales surgió desde muy temprana edad en la vida de este hombre. Desde pequeño, Dean había estado involucrado en diferentes voluntariados con organizaciones protectoras de la vida animal en su país de origen.
Renunciar a su mundo y mudarse a África para tener su propia organización es simplemente la realización de uno de sus más grandes sueños.
El nombre de la fundación creada por Dean es bastante simbólico para él, pues hace referencia a una expresión swahili que significa “sin límites”. Y ciertamente el amor que Schneider ha demostrado ser totalmente desenfrenado y sin culminación.
Dean disfruta de la compañía de todo tipo de animales, desde los más temibles hasta los más tiernos como este dulce amiguito.
Para Dean siempre habrá algo que hacer para ayudar a los animales y cualquieras de sus acciones son simplemente pequeñas. Este hombre considera que aún queda mucho trabajo por hacer en la sociedad pero sin duda él está trabajando por lograr cambios favorecedores.
“Creo en el poder del conocimiento, la pasión y las historias visuales para cambiar las percepciones de las personas y salvar la vida silvestre mediante la difusión de mensajes sobre el respeto y el amor por los animales, así como sobre su valor esencial para nuestro planeta”, escribió Dean en su web.
Este oasis salvaje se ha convertido en un gran atractivo turístico, pues está abierto a voluntarios muy especiales. Sin embargo, la estadía en el lugar no es para todo el mundo y no sólo por la presencia de animales salvajes sino por el valor de la estadía.
Dos semanas en Hakuna Mipaka tienen un costo de más de $2.200. El dinero recaudado no sólo sirve para cubrir los gastos del voluntario durante su estadía en el lugar, sino que una parte está destinada al mantenimiento de los espacios, la alimentación y cuidado de los animales que allí residen.
Pero sólo hay que ver a estos imponentes amigos para saber que cada moneda vale con tal y que ellos se encuentren saludables. Nada más mira lo hermosos que lucen.
En el portal de Hakuna Mipaka también se promocionan algunos artículos con motivos alusivos al parque y cuyas ganancias sirven para la sostenibilidad de la organización.
Dean no sólo ha aplicado su gran amor por los animales en la realización de este proyecto, sino que ha utilizado sus conocimientos en finanzas para mantener todo en un correcto funcionamiento.
Dean ha puesto todo su amor en la fundación y todo esto ha quedado plasmado en las imágenes que comparte a través de las redes. Nos encanta saber de personas que dedican su espíritu aventurero en hacer cosas grandes y positivas a favor de la vida animal. Este es el tipo de iniciativas que deberían de multiplicarse en todo el mundo.
No te marches sin compartir esta nota con tus amigos amantes de los animales ¿Serían ellos capaces de dejar su vida atrás para crear algo a favor de los más indefensos? Comparte y comenta.