No hay duda de que los plásticos han marcado un gran impacto en nuestras vidas desde su invención, ya que al ser una sustancia de múltiples usos, nos ha facilitado la fabricación de infinidades de objetos que utilizamos a diario, pero, ¿qué ocurre cuándo no le damos el uso correcto y simplemente lo desechamos?
Estos terminan en el océano y originan grandes cantidades de basura que representan una gran amenaza para el ambiente, la vida animal, e incluso nosotros mismos.
A pesar de que estos residuos principalmente perjudican la existencia de muchas especies marinas, algunas personas han puesto de su parte para remediar el grave error que el ser humano ha cometido, de tal modo como lo ha venido realizando el equipo de La Real Sociedad para la Protección de Aves (RSPB). Es un grupo de activistas ambientales que visita anualmente la Isla Grassholm en Reino Unido para rescatar decenas de alcatraces jóvenes que quedan atrapados en cuerdas y redes de pesca.
Es muy común que estas aves marinas confundan los instrumentos de pesca con algas, y los utilicen para construir sus nidos. Como resultado, los pichones quedan atrapados en los nidos de plástico, y al no poder liberarse son abandonados por sus padres y mueren de hambre.
El director de la organización, Greg Morgan, comentó que se estima que hay alrededor de 18 toneladas de plástico en los nidos de toda la isla, una cantidad abrumadora que está acabando con la vida de muchos polluelos de estas aves, ya que sus nidos al estar hechos de este material, la mayoría quedan inmovilizados para poder volar.
Algunos estudios realizados demuestran que el 80% de los nidos en Grassholm contienen plástico, una cantidad realmente exorbitante. Aunque no todos estos desechos provienen de lugares cercanos, algunos de ellos son originarios de áreas totalmente remotas, como Norte América, los cuales son traídos por las corrientes marinas.
Por su parte, Lisa Morgan, esposa de Greg y también directora del RSPB, reconoció que están haciendo todo lo posible para hallar la manera de solucionar este problema, ya que hay demasiado plástico que necesita ser removido y que cualquier intento erróneo de limpieza podría poner en riesgo a toda la colonia.
“Estas aves utilizan el mismo nido cada año, si quitamos todos estos residuos y removemos los nidos, esto destruiría el modo en el que la colonia de alcatraces está formada con el paso del tiempo, simplemente no es una opción,” exclamó Lisa.
Hasta ahora, la organización ha liberado un total de 637 aves durante los 12 años que han estado visitando la isla, los miembros conservacionistas realizan sus viajes cada octubre para salvar la mayor cantidad posible de aves, tiempo en el que la mayoría de los alcatraces migran hacia el sur por el invierno.
La contaminación plástica no es un asunto que debe ser tomado a la ligera, cada día nuestros océanos están más contaminados con estas sustancias que destruyen la vida silvestre, no tenemos idea del gran daño que les estamos causando a estos pobres animales, debemos tomar conciencia y ser responsables de nuestros actos.
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