Ina y su esposo Manny siempre han sido grandes amantes de los animales. Ya contaban con un lindo perrito llamado Charlie pero decidieron que era hora de darle la bienvenida a un nuevo miembro de la familia. Se dirigieron a un refugio sin tener idea cómo sería su nueva mascota y fue allí donde les presentaron a un hermoso pitbull llamado Pablo.
Ina y Manny también tienen un gato y una lagartija.
Estos perros siempre han tenido una injusta fama de agresivos, pero Manny sabía muy bien que esto se debe a que son usados en peleas de perros y sometidos a terribles tratos. Cuando vieron a Pablo el encuentro no fue como lo esperaban: no quedaron inmediatamente enamorados. Al contrario, el pitbull se sintió sumamente asustado con Manny y en cuanto lo vio comenzó a gruñir en una actitud defensiva.
Pablo tiene una cuenta de Instagram con casi 40 mil seguidores.
Manny quiso darle tiempo al perro para que se acostumbrara a su presencia pero antes de lograr acercarse a él, Pablo ya había tomado su abrigo y lo había dejado completamente hecho trizas. Todos en el refugio quedaron muy tensos y pensaron que el perrito había perdido la oportunidad de conseguir un hogar para siempre.
“Lo llevaré conmigo. Ahora lo quiero incluso mucho más”.
Para sorpresa de todos, eso no fue lo que sucedió. Esta amorosa pareja comprendió que debía haber un motivo muy oscuro para este comportamiento. Pensaron que después de hacer algo así, nadie le daría una oportunidad a este perrito así que decidieron tomar este gran reto en sus manos. Confiaban en que con amor y la educación adecuada Pablo se convertiría en una gran mascota de compañía.
“Sabemos que tendremos que ser muy dedicados y tener mucha paciencia, pero todo valdrá la pena”.
En cuanto lo llevaron al veterinario confirmaron sus peores sospechas. Le realizaron una prueba de rayos X y allí se podía ver que tenía una herida en su cabeza. Alguien le había maltratado y las marcas habían quedado no sólo en sus huesos sino también en su miedo hacia los humanos. Todo tenía sentido para Manny. El hermoso Pablo tenía miedo de que cualquier humano se acercara a él para volver a hacerle daño.
Aparentemente, las heridas de Pablo eran debido a una patada.
El pitbull tardó un par de semanas en confiar por completo en sus dueños. Por suerte, se llevó muy bien con Charlie, el otro perro de la familia. Fue gracias a él que pudo ir comprendiendo que podía recibir mimos y abrazos de sus padres y en cuestión de meses este valiente perrito ya comenzaba a superar todos sus miedos.
“Él me recuerda la importancia de simplemente apreciar el momento”.
Ahora el duro pasado de Pablo ha quedado atrás. Podrá pasar sus años en un hogar donde nunca le falte nada y siempre tendrá la protección de sus seres queridos.
Comparte esta bonita historia para recordar la importancia de dar una segunda oportunidad a perritos como Pablo.