Toda gatita embarazada anhela el feliz momento de ver nacer a sus pequeños para llenarlos de mimos y abrigarlos con todo su amor. Sin embargo, algunas madres no logran concretar su sueño y terminan con el corazón destrozado.
Esta es la historia de la gatita embarazada llamada Chuk
Chuk es una felina que vivió durante muchos años en las calles de Bolivia, sin nadie que viera por su seguridad ni salud. Al no estar esterilizada, la peludita se embarazaba constantemente y sus pequeños terminaban siendo unos habitantes más de la calle.
La realidad de Chuk era difícil. Y su situación se hizo aún más compleja cuando nuevamente volvió a embarazarse, pero esta vez con su salud completamente deteriorada: desnutrida, llena de pulgas y de garrapatas.
Se refugió en un balcón para encontrar un poco de abrigo
Sin nadie a quien acudir, Chuk corrió a un balcón en donde, sin esperarlo, su vida daría un giro de 360°. Por primera vez, alguien estaba dispuesta a ayudarla y brindarle el apoyo que tanto necesitaba para ella y sus bebés dentro de su vientre.
La gatita había llegado a la casa de una pareja amante de los animales. La pareja de un hombre llamado Iván Escobar se percató de su presencia y, de inmediato, acudió con su novio para que juntos pudieran llevarla con un veterinario.
El veterinario no les tenía buenas noticias sobre el embarazo de la felina
La situación de calle se reflejaba en cada poro de piel de Chuk. Su embarazo era de alto riesgo y, tristemente, terminó perdiendo a sus felinos en formación porque su organismo no pudo resistir. Necesitaría mucha ayuda para sobreponerse a su pérdida.
Le suministraron muchos medicamentos y cuidados, pero los bebés no lograron sobrevivir
El veterinario advirtió a Iván y su pareja que debían darle todo el amor y comprensión posible a Chuk. Y la peludita les agradecía todo lo que hacían por ella esbozando una ligera sonrisa en medio de su tristeza.
«Qué pena más grande como ellos sufren al perder a sus bebés, son tan llenos de amor los animalitos, tienen sentimientos verdaderos y no los ocultan», comentó una usuaria de las redes sociales al conocer el caso de Chuk.
El tiempo pasó y la gatita comenzó a abrir su corazón, motivada por todos los mimos que recibía de sus humanos. Ahora incluso tenía 4 hermanitos perrunos que también fueron acogidos por sus humanos y la querían profundamente.
Cuando Chuk se repuso de su tristeza, Iván debía marcharse hacia los Estados Unidos en compañía de su pareja para encontrarse con su mamá. Pero no permitirían que la distancia separara a la hermosa familia que construyeron.
Iván y su pareja llevaron consigo a Chuk, así como a sus perritos. Al llegar todos se adaptaron, cobijados por el apoyo de la mamá de Iván, llamada Miroslava, quien se encariñó especialmente con Chuk y la veía como su propia nieta.
La gatita ganó una amorosa abuelita
La vida actual de Chuk es completamente diferente a como inició. Atrás ha quedado su triste pasado y días en la calle; siguen llenándola de mucho amor y la cuidan al máximo porque de vez en cuando sale a pasear sin avisar.
Su lugar preferido en casa es un balcón en donde sus padres la han atiborrado de decenas de juguetes con los que se divierte a lo grande.
Sus ojos ya no muestran el más mínimo atisbo de tristeza y, en su lugar, transmiten felicidad y agradecimiento por los hermosos seres que el destino puso en su camino cuando más lo necesitaba.
Historias como esta comprueban el poder del amor y la generosidad desinteresada. Tú también conviértete en un ángel guardián para los animalitos que deambulan en las calles buscando una segunda oportunidad de ser felices.
Todos los animales merecen una vida digna y feliz, no los desampares ¡ellos te lo agradecerán con el amor más puro que puede existir!