Hay tantos perritos sin hogar que el principal problema de muchos refugios de animales es lograr contar con un espacio lo suficientemente grande y acogedor para que todos se sientan a gusto.
Sin embargo, los voluntarios de Always & Furever Midwest Animal Sanctuary se las ingeniaron para crear un lugar que bien podría ser la casita de los sueños de cualquier peludito.
Este santuario queda en Spring Hill y se especializa en rescatar perritos de la calle o salvar a aquellos que se encuentran hacinados en perreras o refugios de alto riesgo. Para ellos, su principal objetivo es que los perritos sientan que se encuentran en su propia casa.
Lamentablemente, no pueden garantizar que el cien por ciento de los peluditos logrará conseguir la familia de sus sueños. Pero aún en caso de que pasen su vida en el Santuario, lo harán rodeados de muchísimo amor y en la comodidad de las camitas más deliciosas para perros.
El Santuario cuenta con un área conocida como El Pequeño Granero Rojo. Allí, los perritos cuentan con el espacio suficiente para deambular y explorar con completa libertad. Después, se dirigen a su casita, un área pensada para que resulte lo más parecida posible a un hogar.
De esta manera, cada vez que un perrito es adoptado, tiene una transición mucho más sencilla.
“Los cuidaremos hasta el día en que su familia definitiva los encuentre. Si ese día nunca llega, entonces habremos sido ese hogar y familia con los que compartieron sus últimos días”, dijo Miranda Munden, una de las voluntarias del refugio.
El lugar cuenta con un sinfín de cómodas camitas, sofás y alfombras. Los perritos adoran descansar allí. Hay área de lavandería, cocina y sala de estar. Por si esto fuese poco, el santuario siempre se ha caracterizado por contar con una tradición muy especial.
Cada noche, antes de dormir, los voluntarios se toman un minuto con cada uno de los peluditos para decirles buenas noches y darles unos merecidos mimos.
“Cada noche los arropamos y los amamos. Queremos recordarles que están a salvo, que son amados y les deseamos buenas noches. Luego apagamos las luces y encendemos la luz de la luna”, explicó Miranda.
No hay dudas de que esta es la vida que todos los peluditos se merecen. El trabajo de un rescatista no es nada sencillo pero son los pequeños detalles como este los que los ayudan a forjar una relación muy especial con cada uno de los perritos. Ellos a cambio, agradecen con muchos pelitos y amor.
¿Sueles darle las buenas noches a tu mascota? No te vayas sin compartir esta adorable nota que nos recuerda todo el amor que se merecen los animales.