Para muchos turistas visitar el país del sudeste asiático, Camboya, es uno de los mejores placeres que todo amante de las aventuras puede tener, no solo por ser una zona arqueológica potencialmente atractiva a la vista, sino por ofrecer a los millones de turistas que visitan el país cada año, la oportunidad de poder pasear sobre un elefante.
Algo que si bien algunos consideran una experiencia incomparable, en realidad, detrás de esta práctica turística solo hay dolor y tratos injustos donde los únicos perjudicados son los elefantes.
Angkor Wat fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1992.
De acuerdo con la Associated Press está práctica tiene lugar desde el 2001, algo que sin duda ha desconcertado a los activistas de todo el mundo, quienes durante muchos años han luchado en contra del uso de elefantes como medio de transporte para recorrer Angkor Wat.
Los activistas intensificaron sus peticiones y se manifestaron en contra de los recorridos turísticos con animales tras la muerte de un palidermo en el 2016 cuando trasladaba turistas.
Un paseo sobre elefante en Angkor tenía un costo de 25 dólares por persona.
El elefante llamado Sambo murió por insuficiencia cardíaca después de transportar a turistas durante 45 minutos soportando altas temperaturas.
Este incidente fue detonante para que los activistas lanzaran una petición en el sitio web Change.org solicitando fin a estos paseos que solo causan que los animalitos colapsen. La petición fue dirigida a la Autoridad Apsara, encargados de supervisar el sitio arqueológico de Angkor.
Los elefantes estarán bajo la supervisión y el cuidado de la Asociación de Manejo de Elefantes.
Después de años de tortura, finalmente estos animalitos podrán descansar tras entrar en vigencia una ley que prohíbe usar los elefantes como medio de transporte a partir de este 2020. Esto representa una gran victoria para todos los protectores de animales, al respecto Long Kosal, un portavoz de Apsara destaca:
“El elefante es un animal grande, pero también es gentil y ya no queremos ver a los animalitos utilizados para actividades turísticas, queremos que vivan en su torno natural”.
Los encargados del complejo turístico destacaron que los elefantes serán trasladados progresivamente al bosque comunitario Bos Thom, a dos horas de la zona arqueológica donde vivirán en libertad. Hasta la fecha, dos de los 14 elefantes que estaban en la zona turísticas ya han sido reubicados.
Si bien esto es una gran victoria para activistas y amantes de los animales, no podemos negar que la población de elefantes asiáticos ha disminuido hasta un 50% de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Solo quedan unos 50.000 elefantes viviendo en su hábitat natural completamente libres.
La caza ilegal, la destrucción de su hábitat y el uso irresponsable de estos animalitos con fines lucrativos, han hecho que en las últimas décadas la población de elefantes disminuya en gran medida.
Celebremos esta gran victoria pero no olvidemos seguir luchando por más causas justas. Invitamos a los turistas a disfrutar de un viaje responsable respetando los animales y la madre naturaleza.
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