Cuando un amante de los animales descubre en su camino un perro vulnerable, abandonado a su suerte, en busca de una mano amiga, no duda en ofrecerle todo su amor y protección.
Pero, no puede menos que entristecerse e indignarse con tanta ignominia e indolencia presente en el mundo, que parece mostrarse cada vez más cruel y despiadado con estas inocentes criaturas que no han hecho nada para merecer tanto dolor.
Un devoto rescatista vio un perro que estaba en los huesos, al borde de la carretera
Se trata de Kola Kariola, un increíble y ferviente amante de los perritos, de Rumania. Este ángel dedica su vida entera a rescatar animales, especialmente a los que están en peligro, enfermos, o sufren la lacra del abandono y la indiferencia.
Tanto él como su esposa, son héroes magníficos que se ocupan personalmente por acogerlos en su propia casa y brindarles la atención que tanto necesitan.
Kariola se quedó consternado al ver al peludito aterrorizado al costado de la carretera. Al acercarse e intentar levantarlo, su corazón se detuvo.
Cuando se agachó y quiso tomarlo entre sus brazos, se le erizó la piel y no pudo evitar romper a llorar.
«Era como cargar un saco de huesos, fue reducido simplemente a un esqueleto viviente después de ser abandonado y pasar hambre, quién sabe durante cuántos días», dijo Kariola, conmocionado.
Parece inaudito, insólito y demasiado cruel, que seguramente muchas personas pasaron al lado del perrito hambriento y asustado, y nadie fue capaz siquiera de detenerse a ayudarlo.
Las personas que no le echaron una mano a este pobre cachorro deben tener corazones de piedra. Y nos atreveríamos a aseverar que el mundo merece todo lo que está viviendo en estos días, porque un planeta en el que se trata con tanto desamor y crueldad a los animales, es un lugar que debería extinguirse por siempre.
Pero, para fortuna del perrito, su ángel llegó a tiempo para compadecerse lo suficiente como para cargarlo, meterlo en su auto y llevárselo a casa.
Sin embargo, el pobre perrito estaba absolutamente aterrorizado de todo y de todos. No nos podemos hacer una idea de lo que tuvo que haber sufrido para tener un trauma así.
Incluso después de ser llevado a un lugar seguro, seguía teniendo miedo y desconfianza de las personas. Cualquier humano que se acercara era sinónimo de permanecer alerta por si le hacían algo malo. ¡Pobre criatura! ¿Quién podría explicarle que no todos los humanos son unos monstruos?
Afortunadamente, el amor siempre vence. Y Kariola logró bañarlo para quitarle la mugre y para que el perrito viera que en él podía encontrar una mano amiga.
Cuando el perrito parecía un poco más confiado, decidió ir más lejos, tomando el riesgo ya que aún podría atacarlo. Pero no le importó… Lo besó y lo llenó de abrazos, sin imaginar que el peludito inmediatamente caería rendido ante sus desvelos de amor.
Cuando comenzaron los besos el perrito finalmente confió
Después del baño, el perro fue alimentado y consiguió una mantita y una camita calentita donde al fin poder reclinar su cabecita. Seguramente, era la primera vez en mucho tiempo que experimentaba algo así.
Finalmente, logró salir de su caparazón y sorprendió a sus héroes con la más dulce personalidad. Kariola decidió que no podía romperle más su corazón con más cambios en su vida, así que lo adoptó para siempre.
Ningún perro debería verse obligado a sufrir así. Muchas gracias a Kariola por no haberse dado por vencido y lograr que el perrito confiara y se supiera amado.
En Zoorprendente nos encantan los finales felices, y este no pudo ser mejor para esta criatura que dejó sus traumas atrás gracias al amor.