El personal sanitario se ha enfrentado a duras adversidades desde la propagación de la pandemia de coronavirus, muchos se han visto obligados a permanecer en los centros de salud en largas jornadas y a aislarse de su familia para protegerlos.
Incluso, muchos arriesgan su vida sin los equipos de protección adecuados para atender a los pacientes y trabajan en condiciones laborales inadecuadas, con pagos deficientes.
Su labor siempre ha sido extraordinaria y ahora dejan la piel ante una emergencia sanitaria sin precedentes.
Pero lamentablemente lejos de aplaudirlos y agradecerles, muchos atentan contra ellos percibiéndolos como “peligrosos”, en Argentina se han registrado muchos casos de agresiones contra sanitarios de parte de los vecinos. La absurda justificación es que podrían contagiarlos.
Este caso es realmente indignante, se trata de una enfermera que perdió a sus mascotas a manos de sus despiadados vecinos.
Daniela, de 41 años, vive en el barrio Guadalupe, en Santa Fe, y trabaja con pacientes infectados de coronavirus.
Sus mascotas comieron carne con vidrio molido, y no lograron sobrevivir a las graves lesiones que sufrieron.
“Una estudia para ayudar a la gente y ahora, la verdad no te dan ganas de hacerlo”, dijo Daniela indignada.
“Es muy doloroso lo que hicieron”, dijo refiriéndose al acto de maltrato contra sus mascotas.
A pesar de que tuvo una relación cordial con sus vecinos y hasta los atendió en horas de la madrugada si tenían alguna urgencia médica, inyectándolos o midiendo su presión arterial, atentaron contra sus amados compañeros.
Semanas atrás encontró un cartel en su domicilio que decía: “Vete, nos vas a infectar a todos”, pero no le dio importancia, pensó que era una broma.
Ese mismo día cuando regresó de su trabajo, su hijo le contó que Gabyta, su perra de 16 años yacía sin vida en el patio y que su gata estaba agonizando.
De inmediato Daniela los trasladó a una clínica veterinaria pero no lograron sobrevivir, los órganos de los animales estaban destrozados tras ingerir carne con vidrios.
Junior, otro de sus perros, sobrevivió porque es mayor y no sale de la casa.
La enfermera es madre soltera, vive con su hijo y sus mascotas, que siempre han sido muy importantes para ellos.
“Nosotros somos dos, toda la vida fuimos dos y los animales nuestra vida. Esto fue por ignorancia y maldad. Uno no busca enfermarse, tarde o temprano esto lo vamos a tener todos. Nadie está exento”, dijo Daniela.
A partir del incidente cambió su relación con los vecinos, dice que sus mascotas no salían a la calle ni molestaban a nadie.
“No me gusta la maldad, siempre intento ayudar a todos, pero sacaron lo peor de mí. A los animales no se les hace eso, además me sentí culpable, porque de alguna manera los mataron por mí”, dijo Daniela.
Es desgarrador y muy injusto lo que hicieron los vecinos de esta madre que ahora llora junto a su hijo la pérdida de sus compañeros peludos. Comparte y alza tu voz contra este delito.