No todo estaba perdido para cinco gatitos que fueron abandonados en una caja dentro de un contenedor de desperdicios.
Ellos jamás imaginaron que un abuelo gato estaría allí para ayudarlos a ver el lado hermoso de la vida.
Los pequeños en el momento en el que fueron encontrados.
Estos cinco pequeños fueron a parar a un albergue luego de que un buen hombre los rescatara de un destino incierto. Los escuchó llorar en medio de una fuerte lluvia y descubrió que alguien los habían abandonado en una caja, junto a la basura.
En el refugio sabían que requerían de un buen hogar de acogida para salir adelante, así que contactaron a los voluntarios de Tiny Kittens. Los cinco pequeñines solo tenían cinco semanas de nacidos y necesitaban de mucha atención.
Shelly Roche, la fundadora de Tiny Kittens, decidió hacerse cargo personalmente de estos chiquillos.
A decir verdad, la situación estaba mejor de lo esperado, en comparación con otros casos de este estilo: los gatitos tenían buen peso, lucían saludables y conocían el contacto humano, pues eran amorosos.
Luego de haber recibido la alimentación adecuada en su nuevo hogar temporal, los gatitos se fueron a dormir, acurrucándose unos contra otros, formando un verdadero cúmulo de amor y de ronroneos.
Aquí puedes ver la evolución de estos cinco hermanitos
Estos recién llegados no pasaron desapercibidos para el abuelo Mason, un gato rescatado que luego de ser salvaje, se convirtió en una mascota adorable y amorosa.
Mason decidió que esos chiquillos necesitaban de sus cuidados, así que se acurrucó con ellos como pudo y para sorpresa de Sarah, comenzó a bañarlos uno a uno, con sumo amor y dedicación.
El abuelo Mason no se separa de sus nietecitos
Desde luego los gatitos se pusieron sumamente felices con estas atenciones y no podían parar de ronronear.
Pero el amor del abuelo Mason no se limitaba a los nuevos gatitos. Antes de ellos Auracuda, una hermosa cálico rescatada, era su favorita, así que ella también decidió unirse a ese festival de cariños y ronroneos gatunos.
Auracuda también se unió a la jornada de amor
Todos ellos formaron una cálida y tierna escena, que para los gatitos recién llegados se convirtió en una gran bendición, pues los cuidados del abuelo Mason y de Auracuda les recordaban a su madre.
Los gatitos comenzaron a amasar la barriga del abuelo, incluso buscaron la forma de ser amamantados, pero como es de imaginarse, esto era imposible. Al abuelo no le molestó en lo absoluto la insistencia de los chiquillos y solo se limitó a bañarlos y acurrucarlos.
Puede que el abuelo Mason no pueda darles leche, pero la verdad eso no era relevante, pues nada se compara con sus cuidados, su afecto y su atención.
Con este abuelo tierno y protector, los chiquillos muy pronto estarán listos para encontrar un hogar permanente.
Este abuelo gato ejemplar sí que sabe acurrucarse con sus pequeños
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