Las mascotas son seres de luz que llenan de amor y alegría cualquier hogar y la conexión que llegan a establecer estos con sus dueños son realmente sorprendentes y en algunos casos hasta salvadoras. De este modo ha quedado descubierto por el personal de un hospital italiano, en el cual un anciano en imposibilitado ha vuelto a hablar tras la amorosa visita de su perrito.
Su nombre es Phoebe y se ha convertido en la mejor medicina para su dueño mayor.
Phoebe llegó al hospital Santa Maria Nuova en la región italiana de Marche con mucho entusiasmo y moviendo su colita. El perrito parecía entender que pronto se reuniría con su papá humano, aunque no estaba al cabo de saber las terribles condiciones en las que el anciano se encontraba.
Mucho menos podría haber imaginado algún presente que esa simple visita bastaría para lograr lo que los médicos no habían podido alcanzar.
El anciano, cuyo nombre han preferido mantener bajo anonimato, había sufrido un derrame cerebral que comprometió algunas de sus funciones psicomotoras y entre ellas la capacidad para hablar. Tras meses recluido en el hospital, en casa alguien especial lo estaba extrañando mucho.
La familia decidió llevar al Phoebe a una breve visita motivacional pero lo que sucedió los conmovió a todos.
Apenas el perrito travieso entró a la habitación se abalanzó a la cama en la que estaba el anciano y comenzó a besarle las manos como señal de cariño. En poco tiempo de visita el paciente tuvo una hermosa reacción y con mucho esfuerzo comenzó a hablar de nuevo.
Entre balbuceos y movido por la emoción del momento, el abuelo llamó a la mascota por su nombre.
El encuentro fue coordinado por la familia y personal médico del hospital como parte del proyecto Pet Visiting. Paola Poggiali es coordinadora de enfermería en el hospital y sirvió de mediadora en la reunión como parte de la estrategia por una atención humanizada para los pacientes que además de la enfermedad sufren por el distanciamiento con sus mascotas.
Paola junto la administración del hospital y un grupo veterinario se encargaron de hacer posible la visita.
El hecho de que el paciente pudiese no sólo llamar a su perro, sino pronunciar algunas frases cortas les demostró una vez más que todo valió la pena.
«Fue sorprendente pero esta no es la primera vez que llevamos mascotas a nuestras salas, incluso las más críticas, como cuidados intensivos», dijo Paola Poggiali.
Pet Visiting ha funcionado desde el 2014 en diversos centros hospitalarios de Italia, dejando al descubierto y educando sobre el verdadero valor de las mascotas. Ellos tienen una poder asombroso para ayudar a sus dueño a sobrellevar el dolor y las dificultades de sus enfermedades pero además en el caso de Phoebe su poder ha resultado sanador.
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