El protagonista de esta historia es Quarter, un chiguagua de 5 años, que fue abandonado por su dueña en un refugio en California. Ella dijo que había mordido a alguien, pero la verdad parecía ser otra. Decir que los perros han mordido a alguien es una excusa popular de los dueños para abandonar a sus perros, lo que la mayoría no sabe es que esto puede significar casi una condena de muerte para los pobres animalitos.
«El personal del refugio está muy alerta cuando trabajan ingresando a perros agresivos», comenta Traci Jean Gallegos-Schuver, coordinadora de adopción y transporte en Little Diva Rescue.
Los perros agresivos son puestos en cuarentena, donde su interacción con los humanos es limitada, y también su posibilidad de salir y encontrar una nueva familia. Cuando son puestos en cuarentena los perros sólo saldrán si consiguen un grupo de rescate calificado y aprobado para tratar con estos casos.
A pesar de todo, Quarter solamente parecía estar demasiado aterrado por el nuevo ambiente ruidoso e incierto. Parecía que la reputación de agresivo no tenía razón de ser.
Después de 40 días de haber terminado todos los trámites necesarios para entregar a un perro agresivo al grupo de rescate calificado, el refugio se libera de toda responsabilidad en caso de que el perro muerda a alguien más. Quarter terminó la cuarentena y fue entregado al grupo de rescate Little Diva Rescue. Y fue algo muy agradable, empezaron con una cita en el veterinario y un nuevo nombre para su nuevo comienzo: Teddy.
«Estaba un poco asustado, pero ni una sola vez mostró signos de agresión, nada», dice Traci. Incluso el veterinario dijo: «Oh, Dios mío, es sólo un perro incomprendido». Finalmente Teddy fue llevado a casa de Traci donde pasaría las próximas tres semanas como un hogar temporal.
Un día, Traci tuvo que dejar a Teddy con un amigo, estaba muy preocupada porque no había pasado mucho tiempo desde que había dejado el refugio y, a pesar de su buen comportamiento hasta el momento, temía que la reputación que le habían dado pudiera ser cierta.
«Ni un problema», comenta Traci. Teddy tuvo la oportunidad de crear su propia reputación y no era lo que todos creían, resultó ser un perrito totalmente cariñoso y dulce. Ahora todos podían conocer al verdadero Teddy.
Una pareja de Richmond, Virginia, se ofreció a darle a Teddy un hogar para siempre. Traci tenía una amiga que era azafata y que se ofreció a llevar a Teddy en la cabina del vuelo hasta California con su nueva familia.
«En el avión, Teddy conoció a otras cuatro azafatas y fue muy cariñoso con ellas«, cuenta Traci, «les dio besos a todas, fue hermoso». El rescate fue un éxito, y Teddy no tardó nada en estar a gusto con su familia y ellos con él.
Si quieres ayudar al grupo de rescate Little Diva Rescue puedes colaborar aquí y así ayudar a más perros a tener un final feliz.
¿Te ha gustado esta historia? Nunca es tarde para demostrar quienes realmente somos a pesar de lo que digan los demás. Y todos los perros merecen una segunda oportunidad ¡Compártelo!.