Después de que su perrito de nueve años falleció, la familia Birster quedó muy devastada y lo último que querían era adoptar a otro perrito. Pero esa decisión cambió radicalmente apenas vieron una foto de estos chicos llamados Bonnie y Clyde, dos pitbull realmente conectados que estaban en el refugio ACCT Philly, allí todos sabían que era imposible separarlos.
«Los abandonaron en marzo de 2014, y un día después de que los dejaron en el refugio, nuestro perro de nueve años falleció. Fue la peor etapa de mi vida, tanto mi esposo como yo estábamos destruidos. No era solo nuestro perro, era nuestro bebé. No queríamos volver a adoptar», contó Kathryn Birster.
Una semana después de la pérdida, ella vio la foto de Bonnie y Clyde por primera vez en la red social. En la publicación se aclaraba que estaban emparejados para las adopciones, pero sin embargo las personas manifestaban mucho interés por Clyde, y poco interés por Bonnie.
«Mi corazón se rompía al ver cómo ellos dos claramente se necesitaban el uno al otro, no podían separarlos. Por eso le mandé la foto a mi esposo y lo conversamos durante algunos días», continuó Kathryn.
Era evidente que estos chicos se querían mucho; pero más que eso, se necesitaban, y posiblemente esa sea la razón por la cual los Birster no podían dejar de pensarlo.
Los casos de adopciones en pareja siempre son difíciles, ya que la mayoría de los interesados solo van en busca de una mascota.
Es extraño cuando alguien llega buscando adoptar una pareja, por lo general siempre ocurre de forma imprevista. Es decir, los ven y cambian de opinión porque algo en ellos les resulta especial. Por eso, salir de un refugio es un gran reto para chicos como Bonnie y Clyde.
Después de pensarlo y conversarlo, la familia Birster decidió adoptarlos. Apenas los buscaron, la conexión fue inmediata.
«Después de pasar un rato con ellos ya sentimos que era imposible dejarlos, así que completamos inmediatamente el proceso de adopción y esa misma noche los llevamos a casa«, contó Kathryn.
Los chicos estaban evidentemente felices de salir del refugio. Todos se adaptaron rápido a la rutina familiar.
Lo primero que hicieron fue cambiarles los nombres, ahora se llaman Nina y Boss. Ni por un segundo se arrepintieron de haberlos adoptado; por el contrario, con la convivencia se hacía cada vez más evidente que no podían vivir separados.
«Mi esposo y yo estamos completamente enamorados de ellos y no podemos imaginarlos fuera de nuestras vidas»
La vida ha sido muy divertida para todos desde que están juntos. Pasean, juegan, salen de excursión, comparten momentos increíbles en familia.
«Son divertidos y tienen personalidades distintas, pero definitivamente merecen tener una vida juntos», dijo Kathryn.
Para continuar disfrutando de las aventuras de esta familia, puedes seguirlos en su cuenta de Instagram. También, para apoyar al refugio en donde estaban Nina y Boss, puedes hacer una donación aquí.
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