Con la temporada de frío que afecta diferentes partes del mundo, muchos animales están sufren e incluso mueren al caer a algún lado y quedar congelados allí. Algo similar estaba ocurriendo con Petey, un perrito que casi muere de frío en un día lluvioso en Sacramento, California.
Petey, el cachorro que sobrevivió al implacable frío ahora juega alegremente.
Una mujer iba con su hijo a casa luego de haberlo buscado en el colegio, cuando pasaron junto a un parque notaron algo tirado en el suelo, en una manta totalmente mojada, había dos perritos muy pequeños, estaban helados tras haber pasado tanto tiempo en el imponente frío.
La madre rápidamente tomó a los perritos y los llevó a Sacramento SPCA; sin embargo, uno de ellos estaba tan mal que no pudo resistir el camino hasta allá y lamentablemente murió. El otro se encontraba apenas con vida. Por el tamaño, se calcula que ambos perritos tenían apenas un mes de vida.
En el refugio pronto descubrieron que lo abandonaron por ser diferente al resto de la camada
«Le administramos fluidos tibios subcutáneos y jarabe de kako para mejorar sus niveles de azúcar en la sangre», dijo Sarah Varanini, la coordinadora del centro de Crianza Temporal Sacramento SPCA, «después de algunos minutos, le dimos comida húmeda y tibia para cachorros, la cual comió vigorosamente».
Luego de que Petey estuviera estable, los cuidadores empezaron a notar que él realmente no podía caminar, sospechaban que era por el frío que él había pasado, pero luego de varios estudios de descarte llegaron a la conclusión de que él tenía la condición de hipoplasia cerebelosa, la cual consiste en un subdesarrollo del cerebelo.
Generalmente esto ocurre durante la gestación, por causas genéticas o alguna infección que haya tenido la madre en ese tiempo, y es eso lo que causa que Petey no pueda caminar o levantarse bien.
Sin embargo, luego de haber pasado por tanto, Petey no se rinde, ha aprendido a vivir con su condición, ha encontrado la forma de poder levantarse parcialmente, y también de desplazarse por el área donde se encuentre. Es muy activo actualmente, como cualquier cachorro de su edad, y le encanta explorar todo su entorno.
También aprendió a pararse muy cerca del suelo mientras come, para hacer no caerse hacia adelante o hacia los lados.
Han pasado los años y ahora él puede desplazarse mejor y comer solo, “ha aprendido a mantenerse en una posición ‘acostado’ o ‘abajo’ cuando come o bebe, por lo que es menos probable que se caiga”, dijo Elizabeth Westphal-Thomson, coordinadora de rescate en Sacramento SCA y la madre adoptiva de Petey.
Petey encontró una familia definitiva que ama y acepta tal como es.
Si esta historia te ha llegado al corazón, compártela con tus amigos. ¿Conoces a alguien que podría adoptar a Petey? ¡Hazle llegar esta noticia!