Leo vivía en Pančevo, Serbia, y amaba estar con su familia, jugar con ellos y viajar en el asiento trasero de la camioneta familiar. El perrito demostró tener una enorme valentía cuando un furioso mastín atacó a una niña de 10 años.
Leo corrió sin miedo a defender a la niña, mordiendo y ladrando al perro. Desgraciadamente, tras la dura pelea Leo pagó con su vida, pero salvó a la pequeña.
Ahora los ciudadanos de Pančevo no se olvidan de este heroico acto y dos semanas después del incidente hicieron una estatua de tamaño real de bronce de Leo a un lado de un parque para niños para enseñarles que la amistad de Leo y el sacrificio que realizó fue muy noble.
Nikolina Vucetic, la niña que Leo salvó, va muy a menudo al monumento, y comenta:
«Qué bueno que Leo tenga un monumento porque es un verdadero héroe, me salvó la vida».
La iniciativa de honrar a Leo fue obra de un grupo activista de los derechos de los animales, que se volvió famoso en las redes sociales y entre los ciudadanos.
El monumento de Leo es el primer monumento de un perro en Serbia.
«La idea era poder hacer que la gente se diera cuenta de cómo los animales siempre están ahí para nosotros», explicó el activista Ivan Kurajov.
Nikolina, ahora una niña de 12 años de edad, recuerda cómo un día regresaba de casa de una de sus amigas y el perro del vecino corrió hacia ella, la tiró al suelo y la mordió en el brazo, zarandeándola de un lado a otro. «Yo grité y en ese momento Leo salió corriendo ladrando y mordiéndole las patas traseras. Me soltó pero descargó su ira con Leo».
Desgraciadamente, Leo no tenía ni la más mínima probabilidad de sobrevivir tras el ataque, a pesar de los grandes esfuerzos de los veterinarios de salvarlo. Las heridas eran muy severas y Leo murió dos días después.
La dueña de Leo, Biljana Ilic dijo:
«Él era un perro muy alegre, le encantaba saltar a tus piernas y siempre que llegaban invitados los lamía como muestra de afecto».
«El perro era muy grande y Leo muy pequeño», dijo con lágrimas en los ojos.
La familia ahora tiene un nuevo perro, cortesía de los criadores por el heroísmo de Leo. El nuevo perro también es un perro de la raza Dachshund, que se llama Djole.
Ahora en el parque de Pančevo, donde está el monumento de Leo, a los niños les gusta acariciar la cabeza y tocar las grandes orejas de Leo. Grandes y pequeños no pueden dejar de emocionarse con su historia, y algunos hasta derraman lágrimas al recordar su triste final.
También se toman fotos con la estatua, ponen flores y hasta ponen golosinas para el perro a un lado del monumento. La inscripción de la estatua dice: «para todos los pequeños héroes con un gran corazón».
Comparte la heroica historia de Leo con tus amigos. Este pequeño no tenía idea el gran impacto que ocasionaría su heroísmo y valentía con el tiempo. ¡Debemos honrar su memoria!